Laura y Jhanpier salieron juntos el lunes pasado de su casa en Sansur, San Diego estado Carabobo. Abordaron su moto y se fueron con
rumbo desconocido para sus allegados. Desde entonces, se inició una búsqueda a la que se unieron detectives del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y
Criminalísticas (Cicpc) luego que pasaran los días y la joven pareja no
regresara a casa.
La preocupación al no saber de Laura y «Pier» se apoderó de
la familia. Incluso, de sus hermanos de religión, quienes iniciaron una campaña
informativa en un intento de conocer el paradero de los esposos.Transcurridas
las 48 horas reglamentarias, familiares pusieron una denuncia de manera formal
ante los cuerpos de seguridad y una comisión del Cicpc Valencia inició una
averiguación como personas extraviadas.
Para sorpresa de
los detectives, este jueves recibieron una llamada: se trataba del presunto
autor de un doble crimen que notificaba sobre la permanencia de dos cuerpos en
un galpón textil en Bello Monte.
Los pesquisas no dudaron en confirmar la
información y se acercaron al lugar, aparentemente, propiedad de la pareja,
donde localizaron enterrados a Laura Medina y Jhanpier Blas. Hasta ahora se
desconoce qué tipo de heridas tenían los cadáveres.
Desde hace años, «Pier», se vino a
Venezuela de su natal Perú. Inició un negocio que fue creciendo hasta llegar a
distribuir ropa de niños en los principales mercados y comercios de la ciudad.
Al trabajo se unió Laura, sobre todo, luego que contrajeran matrimonio el año
pasado.
Laura, se encargaba de ofrecer la
mercancía. Incluso, a través de las RRSS. Una reciente publicación en Facebook
demostraba que, debido a la pandemia mundial, comenzarían a vender tapabocas.
«Por emergencia nacional se solicita talleres de costura pequeños o grandes
para la fabricación de tapabocas. El gobierno ha facilitado los materiales
necesarios para la fabricación. Necesitamos es la mano de obra (buena paga)»,
decía un mensaje en esa red social.
De acuerdo a una fuente ligada al caso,
presuntamente, esa sería la razón por la que los esposos fueron asesinados y
enterrados en el galpón. Al parecer, habrían contratado los servicios de una persona
para la fabricación de una cantidad grande de tapabocas, que se traducía en una
importante suma de dinero en moneda extranjera, y que -al parecer- no pagaron
como lo habrían establecido en un contrato de manera verbal.
La noticia conmocionó a familiares, amigos y
allegados que los conocían del Salón del Reino de Testigos de Jehová, en
San Diego, a donde acudían con frecuencia.
Sobre el responsable del crimen no se
sabe mucho. Los detectives del Cicpc mantienen las averiguaciones para dar con
la captura del asesino confeso.
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