Desde su creación la Universidad Central de Venezuela se convirtió en un ícono de la educación universitaria, así como de la arquitectura del país, sin embargo, en los últimos años sus instalaciones se han venido deteriorando poco a poco.
Con los torrenciales aguaceros ocurridos recientemente y por las fallas en su infraestructura, el techo del pasillo principal de la Facultad de Humanidades y Educación cayó al suelo.
Los estudiantes y recién egresados de la casa de estudio aseguran que desde hace mucho tiempo el pasillo, ubicado justo al frente de la conocida Tierra de Nadie, presentaba filtraciones y enormes goteras. “Cuando llovía tenía que seguir con mi paraguas hasta por el pasillo porque igual caía chorros de agua”, comentó un recién graduado de la Escuela de Comunicación Social.
Aseguran que esto ha ocurrido frente a los ojos de las autoridades universitarias, quienes no han realizado nada para solucionar los problemas estructurales. “La rectora Cecilia García Arocha y su personal solo se han dedicado hacer política y no buscan maneras de solventar los problemas en infraestructura que se presentan la universidad”, aseguró una estudiante de la Escuela de Derecho, quien prefirió no identificarse.
El estudiantado hace un llamado a los entes gubernamentales para que ayuden a solventar la situación, a través de la ejecución de programas de remodelación y embellecimiento, y le devuelvan el rostro a la Ciudad Universitaria de Caracas, declarada Patrimonio Mundial, Cultural y Natural de la Humanidad por la Unesco en el año 2000.
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