Con el paso de tiempo tu computadora, de escritorio o portátil, envejece y llega el momento de renovarla o comprar una nueva. Un experto en IT revela qué tipos de obsolescencia tecnológica existen y qué hacer en cada caso.
Una computadora puede envejecer en dos sentidos: el funcional y el técnico. En cada de los casos el consumidor tiene varias opciones para decidir el futuro destino de su dispositivo, cuenta a la agencia Prime el jefe del Departamento de IT del desarrollador de software Reksoft, Evgeny Chertok.
«La obsolescencia moral, o en otras palabras, funcional es una cuestión tanto de imagen como tecnológica. Es decir, el dispositivo puede seguir siendo plenamente funcional, pero no es un placer trabajar con él», explica el experto.
La obsolescencia técnica de los equipos es cuando el hardware comienza a fallar. Por ejemplo, si la pasta térmica entre el procesador y el enfriador se ha secado y se ha dispersado, el mismo enfriador se atasca y queda inoperable, la máquina funciona demasiado lento, los programas empiezan a colgarse, o se cae el sistema operativo.
Al contemplar algo de esto, el experto, sin embargo, recomienda no tirar a la basura el ordenador anticuado. Se puede revivir instalando un procesador más potente, aumentando la cantidad de memoria o instalando una tarjeta gráfica de nueva generación. La mejora más notable sería reemplazar el disco duro mecánico con un SSD (unidad de estado sólido) o reemplazar todo el relleno en general.
En caso de que la computadora vieja se apague y se niegue a prender, es muy probable que haya llegado a su fin y necesite ser reemplazada. Para ganar algo de ella, se puede llevar a un taller donde la examinarán y le sacarán los componentes que aún siguen funcionales para utilizarlos en la reparación de otros modelos de este tipo, aconseja Chertok.
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