Las desigualdades económicas y las deficiencias sanitarias entre países que han cobrado vidas con la llegada de la pandemia por coronavirus, no han logrado resolver a corto plazo ni siquiera un porcentaje que asegure la adquisición de alguna de las vacunas que ya se ofertan a nivel mundial.
El plan (COVAX) está siendo impulsado en parte por la Organización Mundial de la Salud (OMS), con un objetivo: “acelerar el desarrollo y la fabricación de vacunas contra la covid-19 y garantizar un acceso justo y equitativo a ellas para todos los países del mundo”.
Contexto: Las naciones más pobres deberán hacer uso de un compromiso de compra anticipado (AMC por sus siglas en inglés) financiado mediante fondos para el desarrollo. COVAX está codirigido por la Alianza Gavi para las Vacunas (Gavi), la Coalición para la Promoción de Innovaciones en pro de la Preparación ante Epidemias (CEPI) y la OMS.
La OMS considera que “el acceso equitativo mundial a una vacuna, con la que se protegerá especialmente a los trabajadores de la salud y a las personas que corren un mayor riesgo, es la única forma de mitigar las repercusiones de la pandemia en la salud pública y la economía”.
Datos: 171 países y economías forman parte de esta asociación sin precedentes, aunque el Director General de la OMS ha explicado que el suministro será limitado, al distribuirlo de manera equitativa, “los países y economías que forman parte de COVAX pueden vacunar simultáneamente a las poblaciones prioritarias, incluidos los trabajadores de la salud, las personas mayores y las personas con afecciones subyacentes”.
La región: Bolivia, El Salvador, Haití, Honduras, Nicaragua y varias islas del Caribe recibirán dosis del programa Covax dado que, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), “bajo criterios económicos son los países más pobres o porque, por su pequeña población, tienen más dificultad de acceso”.
Ecuador y México comprarán vacunas a Oxford, AstraZeneca y Pfizer.
Chile es el país con el mayor stock preadquirido de la firma Sinovac.
Argentina, Brasil y Venezuela tienen acuerdos con la rusa de Gamaleya y su proyecto Sputnik V. Argentina ya compró 22 millones de vacunas a AstraZeneca y 25 millones de Sputnik V.
Colombia mantiene negociaciones bilaterales, “bajo acuerdos de confidencialidad”, con seis farmacéuticas en fase tres de desarrollo –Pfizer, AstraZeneca, Janssen, Sinopharm, CanSino y el Serum Institute de la India–, y aunque su gobierno ha declarado que el suministro será gratuito, 50 millones de colombianos recibirán la vacuna de la iniciativa COVAX.
En Centroamérica, Costa Rica y Panamá firmaron contratos con Pfizer y BioNTech, mientras que en El Salvador se anunció un acuerdo con la farmacéutica AstraZeneca.
Por qué es importante: Aunque la iniciativa COVAX está lejos de resolver la competencia, el acaparamiento, la compra anticipada y la pugna comercial mundial por la venta de vacunas, sin duda representa una esperanza para esas millones de personas que no pueden tener acceso a un plan de vacunación.
Muchos países tienen que enfrentar el deterioro estructural que provoca el sistema capitalista en sus propias dinámicas sanitarias, y otros, como Venezuela, Cuba o Irán, tienen que lidiar adicionalmente con mecanismos de extorsión como las medidas coercitivas unilaterales que imponen los Estados Unidos y sus países aliados, mecanismos que imposibilitan la transacción comercial en condiciones de normalidad y arriesga la vida de más personas que la misma enfermedad.
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