La Corte de apelación de Aix-en-Provence, en Francia, ha confirmado, hoy, la sentencia del Tribunal de comercio de Toulon, que en 2017 había condenado al certificador de los implantes mamarios fraudulentos. Se abre un camino para indemnizar a 20.000 pacientes de todas las nacionalidades.
La empresa fundada por Jean-Claude Mas, por más de 10 años comercializó implantes mamarios rellenos de silicona industrial. La certificación emitida por el grupo alemán TUV Rheinland permitió a PIP colocar en el marcado los implantes adulterados y así comercializarlos en todo el mundo.
Según Olivier Aumaitre, el abogado de PIPA, quien en 2010 había solicitó la responsabilidad de TÜV e inició el proceso que condujo a la sentencia de hoy, dijo: «Esta decisión abre definitivamente el camino a la indemnización de las víctimas en todo el mundo que aún pueden actuar y pueden registrarse en PIPA. Es una victoria decisiva después de 10 años de lucha judicial al servicio de las víctimas».
Agregó: «Esta sentencia está en consonancia con todas las decisiones dictadas hasta la fecha, y en particular con la del Tribunal de casación», que en 2018 revocó una decisión a favor de la certificadora. Al mismo tiempo señaló: «También es coherente con el contenido del caso, que se ha vuelto cada vez más condenatorio para el certificador a lo largo de los años».
A su juicio, esta nueva condena es «una nueva desautorización de la estrategia judicial de TUV, que se basa fundamentalmente en la denegación, ocultación de documentos e intimidación a las víctimas, y que ha demostrado ser un completo fracaso».
Una nota de prensa de Anauco, Pipa dice: «Por fin, ha llegado el momento de la compensación total para las pacientes. En primera instancia, el tribunal había ordenado un peritaje para las 20.000 mujeres involucradas en el proceso. Este trabajo ahora debería acelerarse y se espera que las primeras compensaciones finales se otorguen durante el transcurso del año.
Como es publico, en primera instancia se acordó el pago de una indemnización provisional para las víctimas, pero esta sentencia reafirma el derecho a recibir la parte complementaria, es decir, el total de la indemnización.
Los expertos ya han reconocido un daño permanente de ansiedad en todas las pacientes con los PIP. Deben hacer frente a fuertes secuelas que empeoran con el tiempo (rotura de las prótesis en al menos la mitad de ellas, inflamación de los ganglios linfáticos por fuga de silicona en una tercera parte, etc.). Los montos deberían alcanzar varias decenas de miles de euros. Así, los montos solicitados por Olivier Aumaître para un primer grupo de pacientes oscilan entre los 20.000 y los 70.000 euros, «una proyección de indemnización objetiva y realista porque se basa en el trabajo de expertos y en nuestra experiencia adquirida durante más de una década», como lo especifica el abogado.
Según el señor Aumaitre, «la estrategia de TUV, dilatoria y despectiva hacia las víctimas, se traducirá en un aumento en el monto de la indemnización dado el agravamiento de los daños con el tiempo. TUV tendrá que asumir la responsabilidad y rendir cuentas de sus elecciones” y “la factura será pesada» para el gigante de certificación alemán, que se negó obstinadamente a implementar una solución negociada.
La asociación PIPA también acaba de poner en línea una herramienta que permite a cada víctima evaluar por sí misma la compensación que podrá obtener. La herramienta se ha elaborado teniendo en cuenta los principios de evaluación adoptados por los juristas y se basa en la jurisprudencia de la nomenclatura Dintilhac utilizada por la mayoría de los tribunales franceses para la evaluación de lesiones corporales.
Cabe señalar que se pueden agregar nuevos elementos de daño más adelante. De hecho, parece que ha llegado el momento de realizar un estudio epidemiológico en pacientes con los PIP. Podría revelar consecuencias, que hasta ahora se han minimizado. Por ejemplo, llama la atención la alta incidencia de trastornos autistas en niños que fueron amamantados con silicona certificada por TUV.
En cualquier caso, es probable que los procedimientos de indemnización se prolonguen durante varios años, para que la posibilidad de seguir exigiendo indemnizaciones no prescriba para las víctimas. Los plazos de prescripción por lesiones personales son de 10 años a partir del final del sufrimiento. Por lo tanto, las pacientes que aún no han solicitado una indemnización todavía están dentro de este período. Para Olivier Aumaître «el tiempo de la vacilación y la actitud de esperar y ver se acabó, las víctimas ahora deben unirse al proceso en curso sin demora antes de que sea demasiado tarde. Nuestros equipos están listos y movilizados; tenemos herramientas notables a nuestra disposición para ayudarlas a obtener una indemnización”.
Las damas que deseen hacerlo pueden unirse al procedimiento TUV 5, que ya está en marcha.
Sobre PIPA:
PIPA es una plataforma digital diseñada para facilitar la tramitación de las reclamaciones de indemnización de las víctimas y cuenta con el apoyo de una red internacional de abogados especializados en litigios que son los primeros en haber iniciado procedimientos de indemnización en Francia para las víctimas de prótesis PIP.
Desde el año 2010, este grupo de trabajo ha representado y defendido a más de 20 000 pacientes con implantes PIP en los 5 continentes del mundo y aseguró una condena a TÜV Rheinland que le obligó a pagar una compensación provisional récord de casi 60 millones de euros a favor de las representadas de PIPA.
Alianza PIPA / ANAUCO
Venezuela es uno de los países con mayor número de víctimas PIP. ANAUCO durante los 10 años de juicios ha conseguido adherir y representar a miles de afectadas venezolanas con éxito, mediante una alianza PIPA / ANAUCO exclusiva para Venezuela, la cual ha permitido que las venezolanas puedan adherirse formalmente a los juicios en Francia formalmente de la mano de los abogados pioneros en el caso y con el aprovechamiento de su plataforma tecnológica.
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