Muchas veces no tomamos atención a los lunares, ya que consideramos que no existe mayor riesgo con ellos. Sin embargo, es preciso vigilarlos para identificar si muestran alguna variación para así evitar el cáncer a la piel.
Tampoco se trata de obsesionarnos con los lunares, ya que la mayoría son benignos, señala el doctor Carlos Salazar Banda, cirujano de la Liga Contra el Cáncer, sino de vigilarlos mediante “autoexploraciones varias veces al año” y asistir al médico cuando un lunar empieza a picar, doler o sangrar, explica.
El especialista comparte y explica cómo se realiza el autoexamen basado en el método conocido como ABCDE, que identifica si un lunar ha sufrido alteraciones o se ha vuelto sospechoso, reseñó El Comercio.
1. Asimetría: si las dos mitades del lunar se ven muy distintas, podría ser una mancha maligna, por lo que será necesario acudir a un dermatólogo que lo compruebe.
2. Bordes irregulares: debemos prestar atención a los bordes, ya que los lunares causados por el cáncer de piel pueden tenerlos muy irregulares.
3. Color: es importante observar si el lunar tiene varios colores, los lunares muy oscuros o rojizos deben ser también revisados por un especialista.
4. Diámetro: aunque muchos lunares peligrosos tienen un tamaño reducido, por lo general se convierten en sospechosos cuando son mayores de 6 milímetros.
5. Evolución: es recomendable observar cómo evolucionan los lunares que puedan revertir algún tipo de sospecha, para eso se recomienda un análisis mensual, a ser posible con ayuda de otra persona, que compruebe los de la parte trasera del cuerpo, ya que en muchas ocasiones los lunares malignos se encuentran en la zona de la espalda.
Síguenos a través de nuestro: Twitter: @elparroquiano
No hay comentarios.:
Publicar un comentario