“Acabar” no es un término médico ni sexológico; es un término popular como “correrse” o “venirse”. Pero muchas veces los términos traen más confusión y preocupación que tranquilidad, ya que nos exigimos que nos suceda determinada cosa sin tener claro de qué se trata. Reseña una investigación de Infobae.
Me atrevo a decir que acabar tiene un origen masculino, donde el orgasmo y la eyaculación se dan en simultáneo, seguido de un momento de relajación y sensación de saciedad. Esa sensación de saciedad se relaciona con el período refractario, que es un tiempo determinado y variable, posterior al orgasmo y la eyaculación, necesario para volver a un estado neutral antes de volver a lograr un estado de excitación. Es durante el periodo refractario, luego del orgasmo, que muchos hombres no pueden volver a tener una erección.
Tengamos en cuenta que si bien el orgasmo y la eyaculación son procesos separados, en la gran mayoría de los hombres se dan de manera conjunta.
Pero si queremos llevar el término acabar a la sexualidad femenina no todo es tan claro. El orgasmo y la eyaculación no se dan en todas las personas, ni se dan necesariamente de manera simultánea. Las mujeres pueden tener orgasmo, pueden eyacular y también pueden tener lo que se llama squirt. También pueden tener orgasmos sin sensación de saciedad, es decir, sin período refractario, y alcanzar orgasmos secuenciales.
– El orgasmo es la sensación subjetiva de placer.
– La eyaculación femenina es la secreción de unos pocos mililitros de líquido espeso y lechoso, que se expulsa por unas glándulas ubicadas al lado de la uretra, llamadas “glándulas parauretrales” o “glándulas de Skene”.
– El squirt es la expulsión transuretral de décimas de mililitros de una forma de orina que contiene diversas concentraciones de urea, ácido úrico y creatinina, proveniente de la vejiga. Es decir que el squirting sería una liberación de orina extremadamente diluida fruto de una relajación muscular. Responde a un desajuste en los niveles de una hormona llamada “vasopresina”, que entre sus funciones es antidiurética, y que fluctúa durante una actividad sexual, en función de un estímulo de placer intenso y/o sostenido en el tiempo. Entonces, en ciertas condiciones, la vejiga se llena de una orina muy diluida que se expulsa por la uretra.
Para diferenciar ambos procesos, recordemos que la eyaculación es menor cantidad, más lechosa y más espesa; el squirt es mucha más cantidad, más líquida y más transparente (es lo que actualmente puso tan de moda la industria pornográfica). Lo que se ha estudiado es que estas expulsiones guardan relación con la estimulación de la zona vaginal del punto G.
Lo que se ha visto en estudios con voluntarias sometidas a estimulación digital del punto G, es que en algunas no hay expulsión, en algunas hay expulsión acompañada de orgasmo y en algunas las expulsiones ocurren fácilmente sin orgasmo o incluso sin excitación sexual.
Entonces, ¿a qué llamamos acabar? ¿Es tan claro? Pues, la realidad es que no hay consenso. Algunas personas utilizan el término haciendo referencia sólo al orgasmo mientras que otras personas me consultan diciendo “tengo orgasmos, pero no acabo”. Otras personas lo refieren al hecho de quedar satisfechas.
Lo cierto es que toda la variedad de escenarios posibles dentro de la respuesta sexual femenina son naturales y correctos. Es decir que no debes exigirte que te pase determinada cosa, ni avergonzarte si no mojás la cama, o justamente avergonzarte porque la mojás demasiado.
Es difícil que podamos encontrar y resumir en un único término la variedad de sensaciones que podemos tener en una situación sexual. Quizá antes de poder responder a la pregunta “¿acabaste?” debamos ponernos de acuerdo respecto a qué estamos haciendo referencia.
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