El Instituto de Medicina Experimental de San Petersburgo, en Rusia, reveló su plan que contempla terminar en un año los ensayos preclínicos de la primera vacuna comestible del mundo contra el coronavirus.
El instituto adelantó que tendrá un sabor similar al de la riazhenka, una especie de yogur lácteo fermentado muy común
Alexánder Suvórov, jefe del departamento de microbiología y laboratorio molecular de patógenos del instituto, explicó que tanto las vacunas inyectables como las consumidas directamente conducen a la formación de una respuesta inmune.
“Durante la creación de la vacuna contra la covid-19 un fragmento del genoma del coronavirus sintetizado se incrusta en el genoma de la bacteria. Como resultado de esta modificación la bacteria produce la proteína de coronavirus, que garantiza que el organismo produzca una respuesta inmune”, comentó.
Aseguró que el instituto tiene gran experiencia desarrollo de vacunas basadas en probióticos.
Síguenos a través de nuestro: Twitter: @elparroquiano
No hay comentarios.:
Publicar un comentario