Gregorio Salazar, de 40 años, solo quería recibir de vuelta el teléfono que mandó a reparar hace varios meses con un técnico en el barrio Carpintero de Petare. Sin embargo, lo único que obtuvo fueron disparos que le segaron la vida.
Según lo contado por sus familiares en la morgue de Bello Monte, en febrero la víctima llevó un celular inteligente para que le preparen varias cosas, pero el técnico, cuya identidad se desconoce, postergaba la entrega del dispositivo.
En marzo, Salazar fue a pedirle que le devolviera el celular, sin importar en qué condiciones estuviera, solo quería tener su teléfono.
En medio de un impasse el técnico le propinó dos heridas con un arma blanca, dijeron los parientes. Cuando se recuperó del ataque y parecía haber dejado las cosas así. Su familia le recomendó que no volviera a donde el técnico, pues podía atacarlo de nuevo.
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