Durante el terremoto de magnitud 7,1 que sacudió México este martes, algunos testigos presenciaron una iluminación inusual en el firmamento. En las redes sociales fueron compartidas imágenes de luces verdes y azuladas que bien podrían confundirse con explosiones o relámpagos. Sin embargo, se trata de las llamadas luces de terremoto.
Este fenómeno, semejante a una aurora boreal, se puede apreciar en las inmediaciones del lugar donde se registra una actividad tectónica, aunque aparece en menos del 0,5 % de los movimientos sísmicos. Con una duración próxima a una fracción de segundo, la comunidad científica no posee una explicación definitiva sobre su origen.
Sin embargo, detrás de estos destellos podrían estar las masas de aire con átomos ionizados que flotan cerca de la superficie de la Tierra. De acuerdo con un estudio de 2014 publicado en la revista Seismological Research Letters, que analizó 65 incidentes de luces de terremotos en busca de patrones, estas pueden ser causadas por cargas eléctricas activadas en ciertos tipos de rocas durante la actividad sísmica.
"La naturaleza agita ciertas rocas" y "se activan cargas eléctricas, como si encendieses una batería en la corteza de la Tierra"; estas cargas se pueden combinar y desplazar "a velocidades muy altas" y "producir descargas eléctricas en el aire", comentó a National Geographic Friedemann Freund, uno de los participantes de la investigación.
Por ejemplo, las rocas de basalto y gabro tienen pequeños defectos en sus cristales que podrían liberar cargas eléctricas en el aire tras la tensión entre ellas, que friccionan entre sí durante un sismo. Estas cargas se dirigen hacia arriba sin obstáculos, ya que en estas zonas las rupturas geológicas abruptas tienen carácter vertical. Cuando alcanzan la superficie de la Tierra, interactúan con la atmósfera y es esto lo que produce el destello.
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