Francia y España enfrentaron el miércoles su tercera ola de calor desde junio, con una sequía que se acentúa en toda Europa y que obligó a los Países Bajos a declararse oficialmente en situación de «escasez de agua».
«El miércoles será el día más caluroso a escala nacional», advirtió en Francia la agencia pública Météo-France, pero el pico de calor seguirá presente el jueves «desplazándose hacia el este».
Después de una breve tregua a finales de julio, España estaba de nuevo en alerta el miércoles con temperaturas que podrían superar los 40°C en varias provincias del sur. Este martes alcanzaron 43,3°C en la localidad de Talavera de la Reina, en la provincia central de Toledo.
Este episodio cálido «es probablemente la tercera ola de calor» que se prolongará al menos hasta el jueves, declaró a la AFP el portavoz de la Agencia Española de Meteorología (AEMET), Rubén del Campo.
«No hay duda de que el cambio climático está detrás», añadió.
Noches tropicales
Se esperan noches tropicales, en las que las temperaturas no bajarán de los 20ºC, en varias zonas del este y sur de España, consecuencia de las altas temperaturas en el Mediterráneo, entre 3 y 4ºC por encima de lo normal, según la AEMET.
En Francia, «entre el miércoles y el jueves las temperaturas máximas serán a menudo superiores o iguales a 35°C, con picos de 39 o 40°C en el suroeste», indica Météo-France, que puso 26 departamentos en alerta naranja por ola de calor.
La localidad de Belin-Beliet (suroeste) vio cómo el termómetro subía hasta los 39,6°C a las 17H00, según las temperaturas máximas provisionales registradas por Météo-France. También hubo 38°C en Toulouse (sur) y Lyon (sureste), 36°C en Estrasburgo (este) y 35°C en la capital, París.
Los prolongados periodos sin lluvia amenazan a ciertos cultivos y obligan a imponer restricciones en el uso del agua, ya que Francia es uno de los países europeos más expuestos al riesgo de sequía.
«He visto cómo se quemaban mis flores de olivo», lamenta Jean Berneau, de 64 años, olivicultor de Lagorce, en el suroeste del país, que tras producir dos toneladas de aceite de sus aceitunas en 2021, no espera producir más de 400 litros este año.
Este calor solo empeora la sequía y julio de 2022 es «el segundo mes más seco» en Francia desde que se iniciaron las mediciones en 1958-1959, con un déficit de precipitaciones de cerca del 84% respecto a lo normal, según Météo-France.
Toda Europa afectada
Toda Europa se ha visto afectada. Julio fue el más seco desde 1935 en Inglaterra, que se encuentra ahora en un estado de «clima seco prolongado», la etapa previa a la sequía, que implica medidas de precaución.
Varias compañías de agua han anunciado restricciones que afectan a millones de personas y los productores de frutas y hortalizas informaron de la pérdida de las cosechas de ensaladas, judías y bayas. A ello se añade una amenaza permanente de incendios forestales.
En la frontera entre la República Checa y Alemania, el 24 de julio se produjo un gran incendio forestal en el Parque Nacional de la Suiza de Bohemia, donde se batieron récords de calor (36,4C). Ya se han visto afectadas mil hectáreas.
En Polonia, el nivel de los ríos era muy bajo. En varias regiones se han impuesto restricciones al uso del agua, especialmente en los jardines.
La sequía y la ola de calor son «la manifestación del calentamiento global, hoy nadie» lo cuestiona, explicó el miércoles la ministra francesa de Transición Energética, Agnès Pannier-Runacher.
«El clima de 2020 puede olvidarse y el de 2022 es quizá el más fresco de los próximos años», aseguró.
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