Cerca de las 4 de la mañana, y sin que su mamá lo notara, D. había salido de su casa del barrio General Paz. Al llegar a la intersección de las calles Chacho Peñaloza y Vera Cruz, cruzó el alambre perimetral que cercaba un campo de deportes donde funcionan canchas de fútbol 5. Su intención -se supo después- era robar una jaula con pájaros. Cuando advirtió la presencia de los perros, ya era tarde.
D. ingresó con un cuadro gravísimo en el Hospital Regional, adonde llegó asistido por el propietario de la casa a la que había ido a robar. Sufrió la amputación del brazo izquierdo y múltiples heridas en cabeza, piernas, brazos y torso. Sin embargo, logró sobrevivir y este miércoles recibió el alta.
“A mi nieto lo entregaron. Unas personas que andan por acá le dijeron que se habían olvidado unas jaulas en el predio. Lo hicieron trepar y ni siquiera le avisaron que adentro lo esperaban tres pitbulls”, cuenta Mario Castaño, abuelo del niño, en charla telefónica con TN.
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