El género de los Villancicos se originó en la época del Renacimiento, cuando el pueblo europeo creaba cantos sobre los quehaceres cotidianos, como el día a día de los palacios, aventuras de amor o parodias de las distintas realidades de los europeos.
Luego, en el siglo XV y XVI, en España se crearon canciones con letras religiosas que no tardaron en llegar a Latinoamérica; lo cual, causó como innovación nuevas letras en cada región a donde se posicionaban las melodías.
Como la creación de este género nació en pueblos que, antes eran considerados ‘Villa’ se decidió nombrarlos como Villancicos… La música que se convertiría en el ritmo y son de cada Navidad, tras adoptar la Iglesia este género para dedicar canciones al niño Redentor.
En Venezuela, son muchas las canciones que animan día y noche decembrina en los hogares y calles de cada rincón de la región andina, zuliana, oriental y central; pero aquellas que nunca pasaran de moda por sus letras con enganche y poesía decembrina son:
Campana sobre campana
De origen español, esta canción es una de las primeras que suele sonar durante las misas de aguinaldo, las fiestas navideñas escolares y en las salas de cada familia venezolana. Con su letra incentivando desde la poesía el sonido de las campanas, hace que su lírica sea contagiosa. «Belén, campanas de Belén que los ángeles vuelan, qué buenas me traéis».
Corre caballito
Aunque no es un villancico adquirido de otro país, es muy escuchado en el país y más cuando este fue creado en la ciudad de Bolívar por el párroco Monseñor Constantino Maradei. Su letra hace alusión a la alegría que sienten los religiosos por el nacimiento del Niño Jesús en Belén. Hace mención a la Virgen María, San José, el Ángel Gabriel e incluso a los Tres Reyes Magos. «Corre caballito, vamos a Belén… A ver a María y al Niño, también».
Los peces en el río
Recordando cómo iniciaron los Villancicos, esta canción está recreada en los quehaceres de la Virgen María, luego de haber dado a luz al Niño Jesús. «La Virgen se está peinando entre cortina y cortina» de esta manera inicia la estrofa de la canción, la cual también es reconocida con esta frase como nombre.
El niño del tambor
También conocida como el ‘El pequeño tamborilero’ o simplemente ‘El tamborilero’ fue creada en Estados Unidos por Katherine Davis, Henry Onorati y Harry Simeone, contando la historia de un niño que se gana la vida tocando su tambor. De esta canción han creado distintas versiones como las interpretadas por: Carlos Rivera, Esquirla, Majo y Dan.
Noche de paz
La más famosa de los Villancicos, sin duda es «Noche de paz, noche de amor» escrita Joseph Mohr. Este clásico fue creado hace más de 200 años en Austria y se ha ganado un lugar en cada hogar, porque es una canción de relajación, con una melodía atrapante al tener una velocidad lenta. Suele ser tocada en las misas de acción de gracias los 24 de diciembre, antes del nacimiento del niño Dios.
El niño criollo
Este es una canción de aguinaldo venezolano. Fue compuesta por Luis Morales Bance en compañía de Rosario Marciano, en 1962. Este aguinaldo describe cómo sería la imagen del niño Jesús si fuera venezolano. «Si la Virgen fuer andina y San José de los llanos, el niño Jesús sería un niño venezolano… Tendría los ojos negritos, quién saber si aguarapaos y la cara tostadita del sol de por estos lados».
Con mi burrito sabanero
Villancico creado por Hugo Blanco en 1975. Y recordada por todas las generaciones a partir de ese año. «Con mi burrito sabanero, voy camino de Belén» ha sido el coro que ha perseguido la infancia de muchos niños venezolanos y misas de aguinaldos que hacen de la Navidad una magia con identidad nacional.
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