Al igual que los otros tres pacientes, la mujer -que se identifica como mestiza (‘mixed race’)- padecía tanto una infección por Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) como leucemia, por lo que era candidata a recibir un trasplante de médula. En el caso del paciente de Düsseldorf, se seleccionó a un donante que también poseía la mutación ‘CCR5Delta32’ en el gen CCR5, que dificulta la infección en las células por VIH. Sin embargo, esta mutación homocigótica solo se da en un 1% de la población blanca, y es aún más rara en las personas de otro origen étnico.
Conscientes de que no encontrarían un donante compatible con la paciente, los especialistas trasplantaron células madre provenientes de un banco de sangre de cordón umbilical con la mutación requerida, como tratamiento tanto para el VIH como para la leucemia. Fue intervenida en 2017 en el Centro Médico Weill Cornell por un equipo de especialistas liderado por los doctores Jingmei Hsu y Koen van Besien. Las células umbilicales se infusionaron con células madre de una familiar de la paciente, para aumentar las posibilidades de éxito del trasplante.
“Cuando nacemos, las células progenitoras son más ‘adaptables’ a distintos contextos genéticos. Un trasplante de médula de células madre (stem cells) de adulto requiere una identidad genética completa, del 100 % en una serie de genes que son como un DNI genético para el trasplante. Sin embargo, las células de cordón no requieren un 100 % de identidad, sino que un 50 % de identidad es suficiente”, explica José Alcamí, virólogo y director de la Unidad de Inmunopatología del SIDA (Instituto de Salud Carlos III), en declaraciones a Science Media Centre. “Esta estrategia abre una vía para encontrar un mayor número de donantes por paciente candidato”.
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