La trama se dio a conocer con la ayuda del servicio secreto de los Estados Unidos.
Compraban los bolívares
La red criminal comercializaba la compra de cientos de cajas de billetes venezolanos en la zona fronteriza con Colombia. Sin embargo, lo que parecía poco inusual despertó las sospechas de las autoridades colombianas, quienes comenzaron a investigar.
La información la suministró una persona de quién se resguarda su identidad, quien reveló que había un negocio criminal en la frontera y que movía miles de millones de pesos al mes pero lo que menos se imaginaron es que los bolívares los convertían en dólares falsos.
Modus operandi
La falsificación de los dólares era realizada a la perfección puesto que el dinero se movía en la economía de Ecuador sin levantar sospechas.
Las investigaciones arrojaron que los bolívares eran comprados en la frontera de Norte de Santander y luego eran enviados a Medellín. Allí, eran sometidos a un sofisticado proceso químico el cual consistía dejar en blanco el papel para volverlos a imprimirlos.
Billete de cinco
La red criminal buscaba el billete de cinco bolívares de la denominación vieja, puesto que este cuenta con las mismas especificaciones del billete de 50 y 100 dólares.
Una vez que limpiaban el papel moneda, era pasado por una planta litográfica que tenía en sus rodillos los diseños de 50 y 100 dólares.
Por su parte, la directora de la Dijin, Olga Salazar, informó que esto es un delito que se ha cometido por años.
Precisó, que en el procedimiento fueron detenidos dos hombres, uno era el que almacenaba los billetes en Medellín y otro era el transportista, quien se encargaba de trasladar el dinero hacia Ecuador.
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