«La gente lo ha estudiado y se han dado cuenta de que no tiene ninguna relación entre la ocurrencia de terremotos grandes con ese tipo de cosas», dijo el especialista en una entrevista para Unión Radio.
Farías subrayó que los terremotos ocurren a varios kilómetros de profundidad y la temperatura en la superficie no tiene influencia en los movimientos telúricos. «Tampoco importa la luna, no importa si estamos en una parte más cerca del sol», expuso.
El especialista insistió en que se trata de un «mito» y no hay evidencias científicas que confirmen una relación entre los terremotos y el calor.
El geofísico indicó que hay algunos instrumentos y mecanismos para determinar cuándo puede haber un sismo. Sin embargo, subrayó que se trata de fenómenos impredecibles y no se pueden esperar para una fecha en específico.
«Es solo para tener una noción de cuándo podría generarse. Los terremotos no ocurren cada 10 años, a veces pasa cada 80 años, después se puede demorar 50 años y así. Es impredecible», explicó Farias.
El experto señaló que suelen sacar una escala de tiempo en los que pudieran ocurrir los terremotos. Primero precisan la cantidad de sismos que hubo en cierto periodo y así pueden tener un aproximado de cuándo podría haber un gran terremoto.
Farías subrayó que la mejor opción es la prevención para los terremotos. Puso como ejemplo Chile, un país sísmico, pero que no suele sufrir grandes daños porque han preparado los edificios para los sismos más intensos.
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