La relación entre Mariana Rivero, de 24 años, y Luciano Ledesma, un año menor, era “tóxica”. Los familiares de ella le decían que tenía que cortar el vínculo y, cuando tomó el coraje para hacerlo, el desenlace fue trágico. El 20 de octubre Mariana avisó que iba hasta la casa de él a buscar la ropa que había dejado allí, pero nunca volvió. Durante 20 días no se supo nada de ella hasta que en la tarde del miércoles el ex novio confesó haberla asesinado y guió a las autoridades hasta un descampado donde había dejado una valija con el cuerpo de la joven desmembrado.
La relación entre Mariana y Luciano comenzó hace tres años y ya había tenido antecedentes de violencia, según contó el abogado de la familia, Ignacio Durán, al noticiero Subrayado. La tía de la víctima le había advertido que cortara con un vínculo que era “tóxico” al punto que él se había creado perfiles falsos en las redes sociales para “perseguira, saber qué hacía y hostigarla”. “Lamentablemente, Mariana no supo cortar el vínculo a tiempo. Decía que merecía otra oportunidad”, afirmó el defensor.
Los entretelones del caso son “perversos”. Después de haberla matado, Ledesma se comunicó con el padre de Mariana para ponerse a disposición para encontrarla. Incluso le llegó a pedir objetos personales y ropa que le pertenecía para recordarla, contó el abogado.
La actitud del asesino también confundió a la policía. Durante la búsqueda de Mariana, Ledesma era el principal sospechoso de la desaparición, pero no se lo podía declarar como indagado porque no existían pruebas suficientes, informó El País. El femicida se mostraba dispuesto a colaborar, parecía interesado en encontrarla aunque los investigadores dudaban si la intención del joven era real o lo que pretendía era desviar el foco de la atención.
En el medio de ese desconcierto fue que Ledesma confesó. No lo hizo por sentir culpa, sino porque la versión que él daba se volvía cada vez más insostenible por las contradicciones. El miércoles, tras declarar ante los policías, los guió hasta el descampado donde había dejado la valija con el cuerpo desmembrado.
La familia pretende que el femicida sea condenado con la pena máxima (30 años de prisión), de forma que el fallo sea “ejemplarizante”. La decisión de la Justicia no se dará en el corto plazo y, por la gravedad del delito, no se puede hacer un acuerdo abreviado con la Fiscalía (que implica una reducción de la pena por reconocer los hechos), explicó el abogado.
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