340.000 vecinos de media docena de municipios sevillanos a orillas del río Guadalquivir, en el sur de España, viven con miedo estas últimas semanas por el brote del virus del Nilo que se ha desatado en la zona.
El cómputo incluye ya dos muertos y al menos nueve hospitalizados, de los cuales, seis ya han sido dados de alta, según el comunicado difundido este lunes por la Concejalía de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía.
Los habitantes de estas localidades han tenido que variar sus rutinas diarias, permaneciendo encerrados en sus domicilios al amanecer y al atardecer, precisamente en las horas de menos calor, en un momento en que las temperaturas estivales rozan los 40 grados.
Lo mismo sucede con muchos negocios abiertos al público, que han decidido cerrar sus puertas para no exponer a trabajadores y clientes al riesgo, sobre todo aquellos que tienen terrazas.
El virus del Nilo es la infección que se adquiere a través de la picadura del mosquito Cúlex. El patógeno es portado por aves y son los insectos quienes lo transmiten entre ellas y colateralmente a los humanos.
Los científicos llevan alertando desde 2011, si bien el brote más letal tuvo lugar en 2020, el año de la pandemia, cuando se produjeron ocho muertes y 77 contagios.
Desde entonces el riesgo había disminuido sensiblemente debido a la sequía de los tres últimos ejercicios, pero las abundantes lluvias de Semana Santa de este año volvieron a disparar todas las alertas, que se concretaron el mes pasado cuando falleció una mujer de 71 años en el municipio de Dos hermanas y una octogenaria en La Puebla del Río.
Según la Consejería de Salud se ha detectado la presencia de este virus en capturas realizadas entre el 23 y el 31 de julio en los municipios de Sevilla de Almensilla, Villamanrique de la Condesa, Bollullos de la Mitación y Utrera y en el cordobés de Montalbán.
Además, la Estación Biológica de Doñana del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha localizado al mosquito transmisor en la Puebla del Río, Coria del Río y Palomares del Río, también en la provincia de Sevilla.
Los habitantes de todas estas localidades asisten asimismo a un conflicto entre administraciones. La Junta, el Gobierno de la Comunidad Autónoma, sostiene que sus funciones solo engloban la vigilancia y control de los mosquitos y que deben ser los Ayuntamientos de los municipios quienes deben ejecutar planes como los de fumigación.
Los Gobiernos municipales sostienen que no tienen las herramientas necesarias, ni a nivel económico ni a nivel competencial, y que es responsabilidad de la Junta. Por su parte, la Diputación de la provincia de Sevilla también apunta a la Junta porque considera que se trata de un problema de salud pública supraprovincial.
El foco puesto en los arrozales
En el foco de esta problemática se encuentran los arrozales ubicados en las marismas del bajo Guadalquivir, que se han convertido en el caldo de cultivo perfecto para las larvas de los mosquitos transmisores de esta enfermedad.
Los avisos científicos datan de hace más de una década, pero los empresarios agrícolas de la zona tampoco han llevado a cabo planes de fumigación u otros para acabar con el problema.
En este escenario, los vecinos de La Puebla del Río, una de las localidades más afectadas, con varios infectados y una fallecida, se han unido en la plataforma Lucha Contra el Virus del Nilo. Bajo este paraguas este lunes se concentraron alrededor de 2.000 personas en la entrada del pueblo para protestar por la mala gestión de las administraciones y pedir medidas que palien la situación.
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