José López
A finales de los años 80 y principios de los 90, cuando aún dictaba líneas en el desaparecido CONAC (Concejo Nacional de la Cultura) lo mas rancio de la contracultura adeco-copeyana y recogía migajas, allí también, la izquierda “culturosa” y “comeflor”, comienza a fortalecerse el proceso cultural que había nacido en los años 70 bajo el plomo y la bala de Rafael Caldera, y de Carlos Andrés Pérez, (ambos, hoy rindiendo cuentas en el Averno por sus crímenes) en las calles y barrios de la Venezuela combatiente. Este proceso, que “en los bajos fondos” del pueblo se denominaba “Cultura Popular” y que se inspiraba, fundamentalmente, en el rescate y apuntalamiento de nuestra identidad nacional se armó de una teoría: La Animación Sociocultural. Es por esto que algunos teóricos, tales como Ander-Egg, E. Barrado, J. y otros, señalan a la Animación Sociocultural de promotora de valores como el pluralismo, la concientización, la libertad, la democracia y la participación.
Todos estos valores, antes descritos, eran bandera de lucha cultural antes de la llegada del Comandante Chávez al poder:
A partir del año 1999 (En el marco de la esperanza contenida en la nueva Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y un parlamento supuestamente revolucionario) se inicia la pugna entre los trabajadores de la cultura y el Estado por lograr un verdadero sitio para la cultura del país….. Han pasado 12 largos años.
La necesidad de hacer conocer al venezolano que, como sujeto histórico dueño de su presente y su destino tiene el derecho a saberse reconocer como venezolano, de su identidad cultural nacional, y a rechazar culturas exógenas impuestas por el imperialismo para borrar su memoria histórica y proceder de esta manera fácilmente a su docilidad y dominación.
La perentoria necesidad de poner en relación a los seres humanos, deshumanizados a propósito, por el capital en afán de riqueza y poder.
La necesidad de la participación directa de las comunidades en la elaboración de sus propios proyectos culturales, determinados por el conocimiento de sus propias y genuinas necesidades culturales. Que los presupuestos, asignación de incentivos, subsidios y políticas culturales sean obra de la participación del pueblo
La necesidad de que los artistas y trabajadores culturales no mueran de mengua en calles y caminos de la patria, desasistidos por el Estado.
La necesidad de que, al momento en que “los camaradas legisladores” se decidan a trabajar o a legislar por la cultura, se consulte verdaderamente al pueblo, pero para construir leyes (El pueblo legislador) no para avalar (El pueblo representado por…) lo por ellos y sus “especialistas construyen)
“La Revolución, es un proceso cultural” sentenció el compañero Aristóbulo en su intervención durante el evento de análisis y discusión de “las 5 líneas estratégicas…” celebrado en las instalaciones del P.L.C.
Si esto es ciertamente de esa manera: ¿Cómo es que la Sub-comisión de Cultura de la Asamblea Nacional estuvo durante cinco años en manos de un “redomado adeco” como Cristóbal Jiménez y ahora, luego de los largos 12 años de las idas y venidas de los faraónicos proyectos, de las personalísimas ideas eventistas-culturales de Farruco, nos encontramos con las manos y esperanzas vacías y la presidencia de la Comisión de Cultura de la Asamblea Nacional en manos de un connotado fascista como lo es Miguel Ángel Rodríguez?.......Si, aquel mismo monstruo, periodista a sueldo de la CIA, otrora perturbador de la paz mañanera de la familia venezolana a través del desaparecido canal de tv, Radio Caracas.
Esto, antes dicho, significa que para la anterior Asamblea Nacional la cultura no significó nada por cuanto dos anteproyectos de cultura terminaron en la nada y ahora, como tal parece, los nuevos legisladores tampoco quieren saber nada de la cultura y por eso se la entregaron a un fascista: para que la cultura en la Revolución continúe en: la nada.
Yo les hago un llamado, a aquellos trabajadores de la cultura del estado Vargas que no se dejaron embaucar por la traición, la envidia y el egoísmo y asistan a la Asamblea Cultural Revolucionaria que se realizará para discutir y analizar esta grave situación de la cultura en la Revolución Bolivariana.
Lugar: Edificio Humbolt, a media cuadra de la Plaza Bolívar, bajando por el Café Venezuela, Sala 2. Fecha: martes 15 de febrero a las 5:00pm.
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