Los dos agentes policiales involucrados en la muerte del joven afroestadounidense Kendrec McDade, la semana pasada en California (oeste de Estados Unidos), incumplieron las disposiciones básicas del Departamento Policial de Pasadena (DPP), según informaron este lunes autoridades institucionales.
Los oficiales Jeffrey Newlen y Mathew Griffin no activaron el sistema
de grabación de video de sus vehículos durante el proceso de detención
de McDade, quien fue abatido en un callejón el pasado 24 de marzo.
Ese día, el ciudadano hispano Oscar Carrillo llamó a servicios de
emergencia para denunciar que dos jóvenes negros le habían robado una
mochila de su automóvil y luego le apuntaron con una pistola en la cara
cuando huían.
“Se trataba de un Código Clave 3, utilizado en robos a mano
armada, y el protocolo reglamentario es activar las secuencias de
filmación y las sirenas”, reconoció el jefe policial del DPP, Phillip Sanchez.
“Desconocemos la razón por la cual no se cumplieron esos requisitos, agregó el funcionario”.
Líderes de la comunidad afroamericana señalaron que con esa maniobra
algunos agentes intentan cubrir evidencias y rastros de procedimientos
inadecuados.
Sánchez, narró que en su llamada Carrillo “insistió en que los dos
sospechosos estaban armados y en el tiroteo posterior por parte de la
Policía fue muerto Kendrec McDade, un estudiante universitario de 19
años de edad”.
La muerte de Kendrec McDade incrementó las tensiones raciales en el
sur de Estados Unidos, que ya habían sido alteradas tras el asesinato de
Trayvon Martin, en Orlando, la Florida, el pasado 26 de febrero.
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