Por: Emma Grand
19/01/13.-Luego de casi 40 años de la desaparición forzada del joven estudiante por cuerpos represivos de la IV república, la Fiscalía hace el hallazgo con la ayuda de dos testigos, uno de ellos implicado en el crimen. Este reportaje de Ciudad CCS reconstruye con datos nunca antes conocidos la historia de Noel desde su secuestro, en junio de 1973, hasta este nuevo capítulo de indagación judicial.
19/01/13.-Luego de casi 40 años de la desaparición forzada del joven estudiante por cuerpos represivos de la IV república, la Fiscalía hace el hallazgo con la ayuda de dos testigos, uno de ellos implicado en el crimen. Este reportaje de Ciudad CCS reconstruye con datos nunca antes conocidos la historia de Noel desde su secuestro, en junio de 1973, hasta este nuevo capítulo de indagación judicial.
Los restos
mortales del joven estudiante de Economía de la Universidad Central de
Venezuela (UCV) y dirigente de Bandera Roja (BR), Noel Rodríguez, yacían
desde hace casi cuarenta años en un nicho sin identificar del
Cementerio General del Sur en Caracas.
Noel fue
“salvajemente torturado hasta su muerte”, manifestó la Fiscal General de
la República, Luisa Ortega Díaz, en una rueda de prensa para informar
sobre el hallazgo del cadaver del joven universitario y de los
resultados de la investigación antropológica y forense realizada por
este organismo.
La indagación
reveló que el cuerpo encontrado en el nicho era del militante
revolucionario y que murió a los pocos días de ser secuestrado por una
comisión de la Dirección de Inteligencia Militar (DIM) el 29 de junio de
1973 producto de las contusiones a las que fue sometido.
La fiscal
Ortega Díaz recordó que por este caso hay una persona privada de
libertad y reveló que hay dos más que tienen órdenes de captura, sin
mencionar sus identidades.
Los agentes de la DIM
No fue hasta
que el Ministerio Público (MP) iniciara la investigación de la
desaparición de Noel, que el maestro técnico Felipe Díaz Marín, ex
agente de la Dirección de Inteligencia Militar (DIM), informara en
condición de testigo a los fiscales responsables del caso el lugar donde
desapareció al joven.
Según Díaz
Marín, la orden provino del entonces jefe de la DIM de la región del
Distrito Federal, Miranda y Vargas, el coronel (hoy retirado) José
Antonio Omaña Hernández, quien pasó de testigo a imputado por este
crimen que ocurrió hace 39 años, y que el MP comenzó a investigar en
2010.
El testimonio
que el Ministerio Público recoge de Díaz Marín es que Omaña Hernández lo
instruyó a llevar el cuerpo de Noel primero a la funeraria Virgen del
Valle, ubicada en Bellas Artes, muy cerca del Hospital Luis Razzeti, en
Caracas y, posteriormente, al camposanto capitalino.
“El fiscal me
preguntó por el cadáver de Noel Rodríguez. ¡Cómo yo voy a saber dónde
está el cuerpo de ese joven si yo no lo conozco!”, dijo Omaña Hernández
al ser consultado por Ciudad CCS en su casa, donde permanece detenido,
al tiempo que señaló que después de su imputación en octubre pasado por
el caso de la desaparición del estudiante de Derecho de la UCV fue que
se enteró de quién era el joven.
La fecha de la
muerte de Noel aún se desconoce, mas la última vez que alguien lo vio
con vida fue el día de su secuestro por parte de una comisión policial
todavía sin identificar, meses antes de culminar el primer mandato del
ex presidente copeyano Rafael Caldera (1969-1974), que se caracterizó
por la continuación de una política represiva que se inició con Romulo
Betancourt (1959-1964) y Raúl Leoni (1964-1969).
Entre Maderero y Glorieta
La calle que
está entre las esquinas de Maderero y Glorieta, perpendicular a la
avenida Baralt (al sur del centro de la ciudad), parece no haberse
inmutado con el tiempo.
Casi cuarenta
años después, en esa cuadra de hoteles continúan las mismas
edificaciones típicas de aquellos años —unas más antiguas— corroídas por
el tiempo.
Noel vivía en
una vieja casona de finales de siglo XIX, ubicada en esa cuadra, que fue
dispuesta como residencia en esos años. “Noel dormía en un cuarto
construido en la azotea de la morada, aislado del resto de los
inquilinos”, relató a Ciudad CCS Elio (nombre ficticio para proteger su
identidad) quien conoció a Noel en ese lugar y que hoy, a sus 71 años de
edad, se desempeña como pequeño comerciante en la capital.
En el frente de este domicilio, pintado de color rosa, aún se observa el número que lo identifica, el 34.
El traidor de la Digepol
El
administrador de la residencia donde vivía Noel era Humberto Sánchez
Torrealba, curiosamente un ex agente de la Dirección General de Policía
(Digepol), quien además de alquilar habitaciones, arrendaba un espacio
para que trabajadores informales de la zona guardaran su mercancía,
indicó Chuo Villarroel, quien en 1973 pagaba por guardar su mercadería
en esta casa al igual que Elio y que actualmente se desempeña como
pequeño comerciante en el centro de Caracas.
“Humberto se
creía más marxista que el Che (Ernesto Guevara). Era muy metido. Yo como
tenía el cabello largo me insinuaba si estaba interesado en participar
en grupos rebeldes. Yo había estado en la guerrilla, pero me mantenía
bajo perfil”, comentó Villarroel, a quien un compañero que estuvo preso
en la cárcel La Modelo, a mediados del sesenta, le dijo que Sánchez
Torrealba era agente policial.
Una nota del
diario El Nacional publicada el 11 de junio de 1966 confirma lo dicho
por el amigo de Villarroel, debido a que informaba que Sánchez Torrealba
había comparecido “ante el Juez Tercero de Instrucción para rendir
indagatoria sobre el caso del desaparecido profesor Alberto Lovera”.
La foto que
acompañaba la nota revelaba la imagen de Sánchez Torrealba vestido de
traje y corbata, lentes de pasta y un cigarro en la boca, con la
siguiente leyenda:“Sánchez Torrealba, ya esposado y listo para ser
trasladado nuevamente a la Cárcel Modelo, señaló que él ‘era testigo del
caso Lovera y además de los casos Víctor Soto Rojas y Trino Barrios’”,
los dos últimos militantes revolucionarios continúan desaparecidos.
Según relató
Sánchez Torrealba al diario de circulación nacional, la Digepol lo
apresó y torturó por denunciar al político José Vicente Rangel los actos
de torturas que presenció contra militantes revolucionarios durante su
permanencia como agente de ese organismo.
Sánchez
Torrealba había encargado la residencia durante la estadía de Noel a un
muchacho llamado José Miguel (nombre ficticio para proteger su
identidad) quien tenía en ese momento 16 años y que hoy, a la edad de
56, se desempeña como pequeño comerciante en Barquisimeto, estado Lara.
Ni solo ni en la Pelota
La versión
—repetida por casi cuarenta años— de que una comisión de la Dirección de
los Servicios de Inteligencia y Prevención (DISIP) detuvo a Noel
Rodríguez en la esquina de La Pelota en la avenida Urdaneta el 29 de
junio de 1973, fue desmentida en noviembre de 2012 por un testigo que se
encontraba con él ese día, y que decidió hablar 39 años después.
El testigo era el encargado de la residencia donde vivía Noel, el muchacho que se decidió llamar José Miguel en este reportaje.
“Ese día yo
estaba acostado en mi cama. La noche anterior había ayudado a Humberto
(Sánchez Torrealba) a embalar una ametralladora por petición de Noel. Yo
sabía que él militaba en Bandera Roja, pero no imaginaba que podía
tener ese tipo de armamento. Yo era un muchacho, era muy inocente”,
relató José Miguel en entrevista telefónica a Ciudad CCS.
“Humberto tocó insistentemente la puerta de la residencia. Me buscaba para que lo acompañara a llevar el arma. Yo no lo quería acompañar, así que me hacía el dormido para no abrirle, pero me sorprendió a pata mío, nunca supe cómo entró a la casa”, contó José Miguel.
“Humberto tocó insistentemente la puerta de la residencia. Me buscaba para que lo acompañara a llevar el arma. Yo no lo quería acompañar, así que me hacía el dormido para no abrirle, pero me sorprendió a pata mío, nunca supe cómo entró a la casa”, contó José Miguel.
“Me levanté y
cedí en acompañar a Humberto a llevarle la ametralladora a Noel. Yo no
sabía para dónde íbamos. Me subí al auto de Humberto, un volkswagen
color verde último modelo, era de agencia. No sabía cómo hacía, pero él
siempre conseguía plata prestada”, prosiguió.
José Miguel
contó que ese día Sánchez Torrealba tomó la avenida Baralt, aunque no
recuerda con claridad el trayecto, seguramente siguió por La Panteón,
luego San Bernardino, y desde allí tomó la Cota Mil hasta llegar a Los
Ruíces, cerca de VTV, pues en esos años la también conocida avenida
Boyacá, hacia el oeste de la ciudad, se extendía hasta San Bernardino y
hacia el este hasta El Marqués. “Recuerdo que ahí (a los alrededores de
la sede del canal del Estado) nos encontramos con Noel. Estaba vestido
con una camisa color beige y llevaba puesta una chaqueta. Me llamó la
atención que se había desrizado el cabello. Humberto me contó que dos
días antes habían agarrado preso a un conocido de él, no sé si fue
Gabriel Puerta Aponte. Por eso el cambio que se había hecho en su
imagen”, contó.
“El auto se detuvo, yo me pasé para la parte de atrás y Noel subió al puesto de copiloto del carro”, José Miguel prosiguió su relato.
“El auto se detuvo, yo me pasé para la parte de atrás y Noel subió al puesto de copiloto del carro”, José Miguel prosiguió su relato.
“Arranca y da
la vuelta que el compañero no ha llegado”, le instruyó Noel a Humberto
estando dentro del vehículo, recordó José Miguel, pero el compañero de
Noel nunca apareció.
“Cuando dimos
la vuelta y regresamos, un poco más arriba de donde está la sede de VTV,
nos interceptó un vehículo volkswagen color gris sin identificación y
al bajarse las personas que lo abordaban nos gritaron: ‘Quietos, es la
policía’”, relató.
Dos pistolas, una ametralladora
Recordó José
Miguel que dos noches antes de que fueran capturados por la comisión
policial, Noel cargaba un libro. “Yo era un muchacho, ¡qué revolución ni
que nada!, no sabía nada. El libro estaba sobre una mesa de la
residencia, puse mi mano sobre él para revisarlo y Noel me lo impidió
rápidamente poniendo su mano sobre la mía. No me dejó verlo”.
Ese día que los detuvo la comisión policial Noel llevaba su libro bajo el brazo.
“Los policías
nos bajaron del vehículo y requisaron de inmediato a Noel. Le sacaron de
la parte de atrás del pantalón un arma y de la chaqueta una cantidad de
municiones que llevaba encima. En el libro le encontraron una pistola”,
relató.
Durante la
detención, también recordó José Miguel, uno de los policías le dijo a
Sánchez Torrealba que hablara, y éste le respondió que “en la oficina”.
—¿Qué oficina? A ti lo que te voy a dar es unos cuantos golpes, le respondió el oficial.
Al lugar,
resaltó José Miguel, llegaron unos cuatro o cinco carros más “y nos
montaron por separado en los vehículos. Primero se llevaron a Noel,
después a Humberto y luego a mí”, indicó.
“La tirria era
conmigo porque tenía puestas unas alpargatas”, comentó José Miguel
refiriéndose a la clara intención del Estado en esos años de reprimir al
campesino, a quien se le acusaba de guerrillero.
“A todos nos
metieron en un monte, siempre he pensado que nos llevaron a El Junquito,
por el clima y la vía. A Noel lo golpearon de primero”.
José Miguel
recuerda que Noel fue el más golpeado de los tres y que Sánchez
Torrealba fue el que recibió menos golpes. “Me acuerdo que un tal Fidel,
un gordito de cabello risado, dijo que Noel era muy arrecho para llevar
golpes”.
Después de la
golpiza, los tres fueron montados nuevamente en los vehículos por
separado; a José Miguel lo llevaron preso al Cuartel San Carlos, y a
partir de ahí perdió la pista de Noel.
La oficina de la DIM quedaba en el edificio del Cuartel San Carlos.
Lo llevaron a Cocollar
En julio de
1973, Carlos Betancourt, ex jefe de Bandera Roja y ex primer comandante
del Frente Guerrillero Antonio José de Sucre, fue detenido por una
comisión de la DISIP y llevado a la sede de este organismo en Los
Chaguaramos.
“Ese día en la
mañana una fuente muy confiable me dijo que Noel estaba en el Comando
Técnico de Operaciones de Cocollar, ubicado en el estado Sucre. Entonces
pedí hablar con el director de la DISIP, Remberto Uzcátegui, para
denunciar esa situación. Después no se supo nada más de Noel”, manifestó
Betancourt -actualmente retirado de la política y residente en Maturín,
estado Monagas- Ciudad CCS.
Por su parte,
Pastor Espín, ex Bandera Roja y miembro actual de la Fundación Juan
Chacón Lanza, en conversación telefónica con Ciudad CCS, dijo que él
estaba preso en Cocollar cuando un militar se le acercó a las 11:00am
del 27 de julio de 1973 y le contó que había llegado un compañero suyo
en muy malas condiciones. “En la tarde, como a las 4:00pm, se me vuelve
acercar el militar y me cuenta que mi compañero seguía muy mal y que se
llamaba Noel Rodríguez”, relató Espín.
Al día
siguiente, indicó, lo visitó su compañera sentimental, Delia. “Le dije
que Noel estaba en el Cocollar, que se encontraba en muy mal estado, y
le pedí que le informara a Carlos Betancourt para que se hiciera pública
su detención”.
Posteriormente,
el diario regional Antorcha, que circulaba al oriente del país, tituló
en una nota de contraportada, el 19 de agosto de 1973, que Noel había
muerto en el campamento antiguerrillero de Cocollar.
Los padres de
Noel manejaban una información de que su hijo había muerto el 6 de
agosto de ese año por causa de las torturas que había sufrido en
Cocollar, pero cuando llegaron al campamento a recoger el cadáver de su
hijo no lo encontraron.
Omaña
Hernández, el único imputado por la desaparición de Noel, y a quien sus
abogados le informaron que de la exhumación realizada en los nichos del
Cementerio General del Sur en octubre de 2012 lo que se encontró fue el
cuerpo de una joven de 14 años y no el de Noel, se preguntó
reflexivamente: “Si Noel fue llevado a Cocollar y murió allá ¿No era
lógico que lo enterraran en el cementerio que había en el Cocollar?
¿Para qué yo ordenaría que lo trajeran a Caracas y lo enterraran en el
Cementerio General del Sur?”.
Asimismo,
refirió despectivamente que Díaz Marín era un maestro técnico y que no
tenía la capacidad para recibir ese tipo de trabajos. “Yo jamás lo
hubiera designado a él para hacer algo así”, comentó en referencia a la
acusación que en su contra hizo Díaz Marín sobre la orden de trasladar
el cuerpo de Noel al camposanto capitalino.
Agregó que para esos años la DIM se encargaba sólo de investigar casos dentro de las Fuerzas Armadas y que era la Disip la que reprimía.
Agregó que para esos años la DIM se encargaba sólo de investigar casos dentro de las Fuerzas Armadas y que era la Disip la que reprimía.
No hablarás sin mí
La última vez
que Elio vio a Humberto Sánchez Torrealba fue en la plaza Miranda, en el
centro de Caracas, días después de su detención junto a José Miguel y
Noel.
“Yo vi a Humberto acercarse con los brazos cruzados y con una actitud extraña”, relató Elio a Ciudad CCS.
—Me preguntaron por ti, le dijo Sánchez Torrealba a Elio.
—Me preguntaron por ti, le dijo Sánchez Torrealba a Elio.
—¿Y Noel?, le cuestionó Elio en respuesta.
—¿Cuál Noel? No lo conozco, contestó Sánchez Torrealba.
—¿No conoces a Noel?, le replicó Elio a Sánchez Torrealba sorprendido y no le preguntó más.
“Luego de esa conversación decidí irme de Caracas, sentí miedo y que algo terrible pasaba”.
Elio se
encontró a José Miguel en Barquisimeto durante los días en que los
padres de Noel, Zenaida Mata de Rodríguez y Gregorio Rodríguez,
realizaban una huelga de hambre en protesta frente al Estado por la
desaparición de su hijo.
“Yo fui a
Barquisimeto para que José Miguel me contara lo que había pasado ese día
que los detuvo la comisión policial”, dijo Elio a Ciudad CCS.
“José Miguel no quería decirme nada, tenía miedo, pero logré persuadirlo”, prosiguió.
“Después de
conocer lo que había pasado, y luego de intentos fallidos de denunciar
esa situación con dirigentes políticos en Caracas, pensé que lo mejor
era mantenerlo en silencio por un tiempo”.
En la última
conversación que tuvieron, Elio le dijo a José Miguel que nunca hablara
sobre lo que había pasado con nadie para proteger su vida, pues cada mes
era visitado por un agente policial, pero que recordara que tenía un
compromiso moral con los padres de Noel.”Tú vas a contar lo que pasó
sólo conmigo y cuando yo te diga”, le sentenció Elio.
Comandos represivos
Jorge
Rodríguez, fundador de la Liga Socialista y asesinado en 1976 por
organismos estatales de exterminios, denunció por esos años el
funcionamiento de estos cuerpos.
“En Venezuela
existen comandos represivos que cumplen sus funciones como un medio para
ejecutar prácticas punitivas y motivadas por odios personales hacia
quienes ejercemos oposición revolucionaria al sistema”, denunció
Rodríguez en una carta que escribió desde la cárcel de Maracaibo en
agosto de 1972.
Prosiguió
Rodríguez que estos comandos represivos o “gang de la muerte han sido
denunciados ante el Congreso Nacional y el Fiscal General de la Nación
sin resultado alguno”.
Acusó a Carlos
Nuñez Tenorio, dependiente de la DIM y la Disip, de encabezar el gang de
la muerte y responsabilizó a ese comando de exterminio de los
asesinatos del profesor Alberto Lovera, del campesino Juan Chacón Lanza,
los militantes revolucionarios Víctor Soto Rojas, Trino Barrios,
Belisario Marín, los estudiantes Luis Alberto Hernández, Noel Rodríguez y
el abogado Ángel Alberto Aguilar Serradas.
Serradas,
denunció Rodríguez, fue secuestrado y torturado hasta su muerte por los
agentes de la DIM Rafael Emigdio Pacheco, Antonio Guedez y Jesús Ramón
García, por órdenes del maestro técnico Felipe Díaz Marín y del coronel
Ibrahim Vegas Echezuría, quienes lo acusaban de tener información sobre
la muerte del inspector Carlos Núñez Tenorio.
El asesinato de
Serradas ocurrió en el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez y fue
investigado. Apresaron a los agentes Pacheco, Guedez y García por el
crimen, y a Vegas Echezuría y a Díaz Marín por mentir.
En un
comunicado publicado el 27 de noviembre de 2012, la Fundación Juan
Chacón Lanza, que debe su nombre al campesino asesinado y desaparecido
en los años sesenta, destacó que los gobiernos de la cuarta república
(1958-1998) aplicaron una política de violencia, planificada, que logró
exterminar a centenares de jóvenes, reprimir a partidos de izquierda,
estudiantes, campesinos, intelectuales, implementando, entre otras
barbaridades, “la figura de losDesaparecidos. Los Teatros de Operaciones
(TO) fueron creados para desaparecerlos luego de ser torturados y
obtener información”.
La investigación
Meses antes de
aprobarse la Ley para Sancionar Crímenes, Desapariciones, Torturas y
Violaciones de los Derechos Humanos por Razones Políticas en el período
1958-1998, el Ministerio Público dio inicio a la investigación de la
desaparición del estudiante y militante revolucionario Noel Rodríguez.
“En 2010
adelantamos un conjunto de acciones para ubicar los restos de Noel y
otros venezolanos que fallecieron en cámaras de torturas”, reveló la
fiscal general de la República, Ortega Díaz.
El Ministerio
Público interpuso un recurso de revisión en el Tribunal Supremo de
Justicia para reabrir el caso de Noel Rodríguez Mata, Felipe Malaver
Moreno, Víctor Soto Rojas, Alejandro Tejero Cuenca y Nicolás Montes
Beltrán, debido a que en 1998 “se produce una decisión donde se declara
el término de las averiguaciones sobre estos casos”, destacó la fiscal.
Luego de esta
acción, fue designado un equipo de fiscales y expertos de la Unidad
Criminalística contra la Violación de los Derechos Fundamentales.
La Fiscalía
citó en octubre de 2012 al coronel retirado José Antonio Omaña Hernández
como testigo del caso, a quien posteriormente imputan y dan arresto
domiciliario días después.
El maestro
técnico Felipe Díaz Marín también fue citado como testigo del caso y es
quien informa al Ministerio Público dónde ocultó el cuerpo de Noel,
según él, por órdenes de Omaña Hernández.
En las primeras
exhumaciones realizadas por los fiscales a los nichos del Cementerio
General del Sur no encontraron el cuerpo de Noel. Los abogados
defensores de Omaña Hernández aseguran que hallaron el cadáver de una
joven de 14 años en el nicho donde Díaz Marín dijo que ingresó a Noel,
según la versión del coronel retirado dada a Ciudad CCS.
No obstante, un
sepulturero del Cementerio General del Sur contactado por los fiscales y
que trabajó en los años en que desapareció Noel, actualmente jubilado a
sus 84 años de edad, recordó una situación extraña por las semanas en
que fue asesinado el estudiante revolucionario.
El señor reveló
que en esos meses vio llegar al camposanto un vehículo que no era
fúnebre, del cual salieron personas que no estaban vestidas de luto ni
lloraron en el acto de sacar el ataúd y colocarlo en uno de los nichos.
Ese episodio no se le borró nunca de la cabeza, y justo en el lugar donde recordó que fue colocado el cajón fúnebre estaba Noel.
MiniBiografía Noel Rodríguez Mata
Noel Rodríguez
Mata nació en el Valle de Pedrogonzález, estado Nueva Esparta. Hijo de
Zenaida Mata y de Gregorio Rodríguez.Sus padres nunca abandonaron la
lucha por encontrar el cuerpo de su hijo desaparecido, que por este
crimen acusaron directamente al presidente Rafael Caldera.
Noel estudió el
bachillerato en El Tigre, estado Anzoátegui. Militó en esos años en la
Juventud del Movimiento Izquierda Revolucionario (MIR). Luego viajó a
Caracas, donde inició estudios en la Universidad Central de Venezuela
(UCV) de Derecho.
Su mudanza
coincidió con la división del MIR, de la cual se desprendieron los
partidos políticos Bandera Roja (BR) y Organización Revolucionaria (OR).
Noel se unió a las filas de BR, que para principios de los años setenta
estuvo liderado por Américo Silva, Gabriel Puerta Aponte y Carlos
Betancourt.
Noel fue
responsable estudiantil de la UCV por Bandera Roja, organización que
estaba en la clandestinidad por no apegarse a las supuestas políticas de
pacificación de Caldera.Luego de la muerte de Jesús Márquez Finol
(Motilón), Noel es designado jefe del Distrito “Fabricio Ojeda” y al
mismo tiempo se le nombró suplente principal en la Dirección Nacional de
BR en todo el país.Noel no se casó ni tuvo hijos.
El historiador
Oscar Bataglini, quien compartió con él actividades políticas
estudiantiles, lo recordó como un joven muy alegre, ameno y que agradaba
a quien lo conocía. Tenía 27 años cuando lo asesinó un comando policial
del gobierno de Caldera.
Su madre estaba
recién operada de un riñón cuando lo desaparecieron. Hoy tiene 86 años
de edad y en varias oportunidades mencionó que no moriría sin antes
encontrar el cuerpo de su hijo.
MiniBiografía José Antonio Omaña Hernández
José Antonio
Omaña Hernández, coronel retirado, fue jefe de la Dirección de
Inteligencia Militar (DIM) de la región del Distrito Federal, Miranda y
Vargas durante los dos últimos años del primer gobierno del copeyano
Rafael Caldera (1969-1974).
Su padre, José
Antonio Omaña Vega, de profesión odontólogo y de la élite andina, fue
fundador de Copei y amigo del ex presidente Caldera.Omaña Hernández,
también oriundo de Los Andes, aseguró no haber tenido cercanía con
Caldera, mas si la tuvo con Luis Herrera Campíns, con quien dijo haber
tenido una amistad y a quien describió como un hombre bonachón.
Estudió en la
“Escuela de Las Américas” en Panamá, donde en una oportunidad solicitó
en un escrito que todos los países del continente americano debían
tratarse como iguales.Omaña Hernández tiene dos hijas que viven en
México y un hijo, llamado José Antonio Omaña, quien al igual que él y su
esposa Luz viven en San Antonio de Los Altos. Es el único imputado por
la desaparición de Noel Rodríguez.
A sus 74 años,
Omaña Hernández se jacta de tener una salud de hierro. Hace tres años
fue operado de cáncer de colon, información que difundió el periodista
Nelson Bocaranda por Twitter el día de su imputación y detención
domiciliaria.
Bocaranda no es
amigo de la familia de Omaña Hernández, pero sí alguien conocido.Desde
su operación, asegura que pese a la recomendación de su médico, de
chequearse cada tres meses, no ha ido a la primera consulta.Acérrimo
opositor al gobierno del presidente Hugo Chávez, en Internet pueden
encontrarse algunos escritos de su autoría atacando la gestión
chavista.De trato agradable, exhibe en las paredes de la sala de su casa
los cuadros que en su “época de poder” le fueron regalados.
MiniBiografía Felipe Díaz Marín
Felipe Díaz Marín es el testigo más importante del Ministerio Público en el caso de la desaparición de Noel Rodríguez.
Fue quien
informó al fiscal responsable del caso -que se inició en octubre de
2012- dónde escondió el cuerpo de Noel, según él, por órdenes del
entonces jefe de la Dirección de Inteligencia Militar (DIM) de la región
del Distrito Federal, Miranda y Vargas, José Antonio Omaña Hernández.
Sólo se conoce
de él que era maestro técnico y que tenía órdenes de seguir al
estudiante de la Universidad Central de Venezuela Jorge Rodríguez, según
confirmó Omaña Hernández para Ciudad CCS. En varios artículos y cartas
publicadas, Jorge Rodríguez (padre) denunció ser seguido por agentes
de la DIM por órdenes del Maestro Técnico Felipe Díaz Marín.
Asimismo, Díaz
Marín estuvo involucrado en el secuestro y posterior asesinato del
abogado Ángel Alberto Aguilar Serradas en 1974, caso que se investigó en
su momento y cayeron presos Rafael Emigdio Pacheco, Antonio Guedez y
Jesús Ramón García, agentes criminales de la DIM. Díaz Marín y el
coronel Ibrahim Vegas Echezuría dieron las órdenes para detener y
torturar a Serradas. A Díaz Marín sólo se le juzgó por mentir en ese
juicio.
MiniBiografía Fundación Juan Chacón Lanza
La Fundación
Juan Chacón Lanza debe su nombre a un campesino quemado vivo y
desaparecido en el Teatro de Operaciones 4, ubicado en Cocollar, estado
Sucre, bajo las órdenes del Teniente Coronel Enrique Lozano Otero.
Esta Fundación,
presidida por Wilfredo Martínez e integrada, como él, por ex
guerrilleros y militantes revolucionarios, investiga los casos de
torturados, asesinados y desaparecidos en los gobiernos de la cuarta
república.
Omar Narváez
Aché, en representación de la Fundación, acompañó e indagó en el caso de
la desaparición del estudiante y militante revolucionario Noel
Rodríguez, trabajo que logró con el apoyo de la Alcaldía de Caracas, el
Ministerio Público, la defensoría del Pueblo, el Fondo Editorial Ipasme,
el Archivo de la Revolución, familiares y amigos de Noel Rodríguez y el
diario Ciudad CCS.
Asimismo, la
Fundación Juan Chacón Lanza hace un pedido a las autoridades competentes
de rescatar la residencia donde vivió Noel Rodríguez sus últimos años
de vida para convertirla en un espacio de reconocimiento de estudiantes,
campesinos, intelectuales y militantes revolucionarios que fueron
reprimidos por las políticas de violencia de la cuarta república.
Esta
edificación, que tiene un gran significado para quienes participaron en
la lucha revolucionaria de los años sesenta y setenta, y que conocieron a
Noel, está ubicada entre la esquina de Maderero y Glorieta,
perpendicular a la avenida Baralt.
Fuente: Ciudad Caracas
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