Los niños se caracterizan por su vitalidad. Se pasan el día saltando,
corriendo, bailando… Por eso, cuando les vemos quietos, cabizbajos y sin
ganas de moverse, la sospecha de que pueda tener fiebre suele ser
cierta. Lo primero que hay que hacer es no asustarse porque «la fiebre
no es una enfermedad, es un síntoma de una infección», tal y como
asegura Felipe González Martínez, médico adjunto de hospitalización
pediátrica del Hospital Gregorio Marañón de Madrid. También aclara que no se considera fiebre hasta que no se llega a los 38 grados de temperatura.
En su opinión, aunque existe la idea
generalizada de que las familias saben cómo «atacar» la fiebre, aún se
comenten errores. A continuación este pediatra aclara lo que nunca hay
que hacer:
—No estimar la temperatura con la mano. Siempre se debe usar un termómetro.
—A los niños de hasta un mes se les puede tomar
la temperatura en la axila, pero lo mejor, hasta que cumpla el mes de
vida, es hacerlo vía rectal. A esa edad en la axila el termómetro
marcará medio grado más.
—A pesar de que el pequeño tenga las manos y
los pies fríos, no hay que abrigarle con la intención de que se sienta
más confortable si tiene 38 grados. Es más, conviene destaparle, dejarle
con ropa ligera y con las extremidades al aire libre. Es la mejor
manera de aliviar su temperatura.
—No dejar la habitación a más de 22-24 grados.
No por tener un ambiente más calentito se va a curar antes de una
gripe; todo lo contrario, favoreceremos que se mantenga su fiebre e,
incluso, ascienda.
—Nunca darle un baño de agua fría para bajarle
la fiebre. El contraste de la temperatura del niño con la del agua
puede dar lugar a temblores, convusiones… Si se opta por la fórmula del
baño, lo mejor es que sea con agua templada y no más de 20 minutos.
—No ponerle en la frente, manos y pies compresas de agua fría o alcohol. Sólo se pueden poner con agua tíbia.
—No se recomienda el uso de aspirina, sí de paracetamol e ibuprofeno, siguiendo las indicaciones del pediatra.
—No automedicarle y darle antibiótico sin consulta previa con el pediatra.
—No saltarse la recomendación de las dosis y horas a las que se ha indicado que hay que dar un antitérmico o antibiótico.
—No obligarle a que tome líquidos, pero sí
ofrecérselos de manera continuada para compensar la sudoración y mejorar
su hidratación.
—No obligarle a que coma si no tiene apetito, el malestar suele disminuir las ganas de comer.
—No obligar al niño a que esté tumbado
mientras tiene fiebre ni dejar que se levante. Su cuerpo llevará su
propio ritmo y habrá momentos en que prefiera moverse y reactivar su
actividad. Para estos momentos, lo mejor es usar el sentido común.
Tampoco pasa nada por sacarle a la calle. Lo que no es conveniente es
que lo haga si su fiebre es muy alta o su estado general no es el
adecuado: no tenga fuerzas, esté con escalofríos, dolor de cabeza…
Siguenos a traves de nuestro twitter @elparroquiano
Si deseas comunicarte con nosotros ya sea para denunciar, aportar o publicitar con nosotros, escribenos aca: eparroquiano5@gmail.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario