El
clítoris es un racimo de 8 mil nervios reunidos en torno a una pequeñísima
zona; la mayoría de las mujeres pueden tener orgasmos sólo al estimular este
punto. La penetración vaginal es otra ruta al orgasmo, pues es al interior de
la vagina donde se encuentra el elusivo punto G; y por su parte, la
estimulación anal se considera –luego de años de tabús al respecto– no sólo una
zona accesoria sino una fuente propia de placer.
Sin
embargo, para la sexóloga Ava Cadell, un cóctel sensorial que abarque las tres zonas
o formas de estimulación es lo que da origen a un fenómeno natural conocido
como el trigasmo.
El
trigasmo es resultado de estimular correctamente y al mismo tiempo las tres
poderosas zonas de placer femenino, el punto G, el clítoris y el ano. Existen
diferentes formas de hacerlo:
-La mujer
cabalgando al hombre debe pegar su pelvis a la pelvis de su compañero, mientras
este estimula el ano de ella manualmente (la lubricación en esta zona es
especialmente importante, pues de lo contrario puede ser doloroso).
-Desde
misionero, el hombre deberá buscar una penetración profunda con la pelvis
haciendo presión unos centímetros debajo del ombligo de ella, mientras el ano
es estimulado con los dedos o con algún juguete.
-Al
proveerle sexo oral a la mujer directamente en el clítoris, el hombre utiliza
uno o dos dedos en forma “de gancho” para penetrar sólo un poco la vagina y
estimular así el punto G, mientras que –si su flexibilidad lo permite– puede
utilizar otro dedo de la misma mano para frotar el ano, o utilizar la otra
mano.
Para
Cadell, quien imparte cursos específicos sobre esta técnica, el secreto del trigasmo
es aprender a llegar al clímax de manera interna y externa al mismo tiempo.
Si deseas comunicarte con nosotros ya sea para denunciar, aportar o publicitar con nosotros, escribenos aca: eparroquiano5@gmail.com
El
clítoris es un racimo de 8 mil nervios reunidos en torno a una
pequeñísima zona; la mayoría de las mujeres pueden tener orgasmos sólo
al estimular este punto. La penetración vaginal es otra ruta al orgasmo,
pues es al interior de la vagina donde se encuentra el elusivo punto G;
y por su parte, la estimulación anal se considera –luego de años de
tabús al respecto– no sólo una zona accesoria sino una fuente propia de
placer.
Sin embargo, para la sexóloga Ava Cadell,
un cóctel sensorial que abarque las tres zonas o formas de estimulación
es lo que da origen a un fenómeno natural conocido como el trigasmo.
El trigasmo es resultado de estimular
correctamente y al mismo tiempo las tres poderosas zonas de placer
femenino, el punto G, el clítoris y el ano. Existen diferentes formas de
hacerlo:
-La mujer cabalgando al hombre debe
pegar su pelvis a la pelvis de su compañero, mientras este estimula el
ano de ella manualmente (la lubricación en esta zona es especialmente
importante, pues de lo contrario puede ser doloroso).
-Desde misionero, el hombre deberá
buscar una penetración profunda con la pelvis haciendo presión unos
centímetros debajo del ombligo de ella, mientras el ano es estimulado
con los dedos o con algún juguete.
-Al proveerle sexo oral a la mujer
directamente en el clítoris, el hombre utiliza uno o dos dedos en forma
“de gancho” para penetrar sólo un poco la vagina y estimular así el
punto G, mientras que –si su flexibilidad lo permite– puede utilizar
otro dedo de la misma mano para frotar el ano, o utilizar la otra mano.
Para Cadell, quien imparte cursos
específicos sobre esta técnica, el secreto del trigasmo es aprender a
llegar al clímax de manera interna y externa al mismo tiempo.
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Debemos romper con ese tabu con bastante charlas y comunicacion intima...
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