Caracas.- La educación es la mejor forma de prevenir un futuro maltrato hacia las
mascotas, es por ello que los niños deben entender de forma adecuada que
los animales domésticos son seres vivos, que sufren al hacerles daño o
si carecen de los cuidados necesarios.
La educación es de vital importancia en el proceso de aprendizaje social de los niños.
El buen desarrollo de los pequeños con su entorno dependerá de la
manera cómo se les haya explicado que sus acciones tienen consecuencias,
buenas y malas, sobre los seres vivos que le rodean, y entre ellos las
mascotas.
La prudencia es una herramienta primordial con la que
debe armarse una persona que pretende educar a un niño acerca del abuso
sobre un animal, por ejemplo: un perro. Lograr que el niño se ponga en el lugar del perro que sufre daño (trabajando la empatía) puede ayudar a que éstos entiendan qué siente el can que sufre abusos.
El trabajo sobre las consecuencias, buenas y malas, que pueden tener
las acciones de un niño sobre un perro debe ser, no obstante,
equitativo. No es suficiente con quedarse en los efectos perjudiciales
que se pueden causar al can, sino que el niño debe saber que el perro será muy feliz cuando pase tiempo de buena calidad a su lado.
Es importante entonces destacar que los niños se encuentran en
un constante proceso de exploración, por lo que es recomendable que a través de sus manos puedan reconocer el mundo que los rodea. Esto explica que sea esencial guiar la exploración del niño sobre el cuerpo del perro, para así ayudar al pequeño a identificarse con el animal.
A partir de los seis años, el pequeño puede empezar a
estructurar un mensaje, más o menos complejo, que le ayudará a afrontar
de un modo algo más maduro que en la etapa anterior, determinadas
conductas crueles.
Es la edad esencial para hacer comprender al niño que maltratar a los perros es un comportamiento deplorable.
Un niño a partir de diez años empieza a desarrollar la capacidad de discutir asuntos relevantes
con los compañeros de la escuela y amigos. Estas ansias de compartir e
intercambiar experiencias deben ser aprovechadas para transmitir al pequeño que el abuso al perro es una conducta pésima.
Con la correcta educación sobre el tema, los niños crecerán como seres sociales capaces de interactuar de manera adecuada con los seres vivos que los rodean, formando así conciencia sobre sus acciones.
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