El 18 de agosto, un equipo de cirujanos ugandeses, tres anestesistas
y dos enfermeras completaron con éxito una operación de tres horas para
eliminar las partes del gemelo parasitario del cuerpo normal.
El 27 de mayo y con la ayuda de su
suegra, Margaret Awino dio a luz a Paul Mukisa en su casa en Nabigingo,
una pequeña aldea al este de Uganda. Pero en lugar de alegría y júbilo
por el nacimiento de su quinto hijo, la madre de 28 años estaba
escandalizada: su hijo había nacido con cuatro piernas y cuatro brazos.
La familia corrió a un hospital cercano
del distrito para pedir ayuda, pero rápidamente los refirieron al Mulago
Hospital en Kampala, capital de Uganda. Allí, un equipo de doctores
examinó al niño e hicieron el diagnóstico de “gemelo parasitario”, una
variante de gemelos siameses en el que uno de los gemelos no se
desarrolla por completo; el bebé Paul nació con un par de brazos y
piernas normal y otro par de extremidades de un gemelo exacto sin cabeza
ni corazón que nunca se desarrolló por completo.
Los médicos ugandeses le hicieron una
serie de pruebas al recién nacido de ocho extremidades, las cuales
mostraron que el huésped y el gemelo parasitario compartían parte del
hueso pélvico. Los exámenes de los órganos internos de Paul mostraron
más anormalidades: su corazón estaba en el lado derecho de su cuerpo, en
lugar de estar en el izquierdo, mientras que su hígado estaba en el
lado izquierdo en lugar de estar en el derecho.
Después de estas investigaciones
iniciales, Paul fue dado de alta y enviado a casa durante tres meses
debido a que los cirujanos querían dejarlo crecer antes de hacer una
operación para separar a los gemelos.
Finalmente, el 18 de agosto, un equipo
de cirujanos ugandeses, tres anestesistas y dos enfermeras completaron
con éxito una operación de tres horas para eliminar las partes del
gemelo parasitario del cuerpo normal.
“Al bebé se le administró anestesia
general para separar el torso y tronco del gemelo parasitario quien
tenía dos brazos pero no tenía cabeza ni corazón, del bebé huésped”,
dijo el Dr. Nasser Kakembo, uno de los cirujanos que llevó a cabo la
operación.
“Después, también separamos del huésped
las extremidades inferiores del gemelo parasitario, lo cual incluyó
desarticular las extremidades inferiores derecha e izquierda que estaban
unidas por las articulaciones. Controlamos el sangrado y confeccionamos
capas de piel para cerrar la respectiva herida”, agregó. No hubo
complicaciones intraoperatorias o postoperatorias, hubo pérdida de
sangre leve y se realizó una transfusión de sangre como prevención”.
Tres semanas después de la operación, el bebé se está recuperando y está siendo amamantado sin dificultad, según los médicos.
“Tanto el padre como la madre estaban
muy agradecidos porque al principio pensaron que se debía a la brujería,
y su bebé era motivo de burlas debido a las anomalías”, dice Kakembo.
La incidencia de gemelos siameses es uno
en 50.000, mientras que los gemelos parásitos son extremadamente poco
comunes. La condición se crea normalmente cuando el desarrollo de uno de
los gemelos se detiene en un momento dado durante el embarazo, y los
restos de ese gemelo se fusionan con el gemelo que se siguió
desarrollando.
En 2007, una niña que tenía ocho
extremidades en la India fue noticia a nivel mundial después de que un
equipo de 30 cirujanos realizara con éxito la intensa operación de 27
horas para eliminar a su “gemelo parasitario”.
Para los médicos del Mulago Hospital, esta fue la primera vez que realizaron una operación como esta.
“Nunca antes habíamos tenido una
experiencia con un gemelo parasitario, pero trabajamos con muchos otros
niños que tienen diversas anomalías congénitas complejas con múltiples
órganos, como anomalías intestinales, urológicas, cardíacas y defectos
ortopédicos”, dijo Kakembo. “A pesar de que los partos de gemelos son
muy poco frecuentes en todo el mundo”, continuó, “tenemos una incidencia
cada vez mayor en África; hemos visto numerosos pares de gemelos
siameses, de cinco a seis pares en los últimos años”.
El bebé Paul Mukisa se encuentra todavía
en el hospital y permanecerá allí durante las próximas dos semanas para
que los médicos le den tratamiento.
Al ver hacia adelante, los médicos dicen
que “prevén un bebé sano que podría tener problemas al caminar debido a
que el hueso pélvico es grande y esto podría requerir reconstrucción
ortopédica en el futuro”.
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