Caracas, 11 Nov.- Este martes se cumplen 128 años del
ahorcamiento de cuatro de los ocho luchadores sociales de Estados
Unidos, conocidos como los Mártires de Chicago, un grupo de dirigentes
sindicales que llevó adelante a finales del siglo XIX en ese país una
serie de manifestaciones para reivindicar los derechos de la clase
trabajadora.
A través de un proceso judicial, que muchos tildaron de fraudulento,
en 1886 fueron condenados a la horca a Michael Schwab, Louis Lingg,
Adolph Fischer, Samuel Fielden, Albert R. Parsons, Hessois Auguste Spies
y George Engel, mientras que Oscar Neebe fue condenado a 15 años de
prisión y trabajos forzados.
Los dirigentes sindicales habían iniciado ya hacía varios años una
cruenta batalla por reivindicar a la clase obrera trabajadora, explotada
por el capital especulativo y por los intereses de las grandes
empresas, tanto en Estados Unidos como en Europa.
Con el firme deseo de mejorar las condiciones laborales, los mártires
comenzaron la lucha por el establecimiento de la jornada laboral de
ocho horas, puesto que ésta en algunas fábricas alcanzaba las 18 horas,
lo que aumentaba la tasa de mortalidad y la salud de los obreros.
Además la ausencia de condiciones higiénicas adecuadas en las
empresas aumentaba las tensiones y hacía insoportable el trabajo,
cuestión que los dirigentes sindicales denunciaban.
Ya para 1884, la fuerza trabajadora logra que se apruebe la
resolución de la reducción de la jornada a ocho horas, cuya fecha de
entrada en vigor se había estipulado para el 1 de mayo de 1886.
También en febrero de 1886, los conductores de Nueva York
consiguieron que la Atlantic-Avenue Railroad redujera la jornada de 18
horas a 12, lo que dio luces a los obreros de que la unión era decisiva
para hacerle frente a la explotación.
Por estos logros, para el 1 de mayo de 1886 se realiza una marcha en
varias ciudades de Estados Unidos. El éxito de las concentraciones fue
tal que los trabajadores decidieron llamar a las calles tres días
después —el 4 de mayo— bajo el lema "Ocho horas para el trabajo, ocho
horas para el sueño y ocho horas para la casa".
Ese día, el 4 de mayo, durante el encuentro pacífico celebrado en
Chicago, en el estado de Illinois, fue lanzada una bomba contra
efectivos policiales, quienes ante la situación abrieron fuego contra
los trabajadores, lo que causó la muerte de unos cuantos.
Ese hecho de violencia permitió a las autoridades judiciales detener y
procesar a los dirigentes sindicales Fielden, Spies, Schwab, Engel,
Fischer, Lingg, Neebe y Parsons, condenados poco tiempo después a la
horca.
Previo al día de cumplirse la ejecución, se conoció del suicidio de
Lingg en circunstancias que, según revelan los archivos, fueron
sospechosas.
Pese a ello, Spies, Fischer, Engel y Parsons subieron el 11 de
noviembre de 1886 al patíbulo, donde fueron ahorcados ante el público
presente. Sin embargo, el escándalo fue tal que a Fielden y Schwab se
les condenó a prisión perpetua.
Por estos hechos, cada 1º de mayo es celebrado en la mayor parte de
los países del mundo el Día Internacional de los Trabajadores, para
recordar la lucha reivindicativa de los Mártires de Chicago.
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