El medicamento se llama flibanserina, pero es más conocido como el
“Viagra para mujeres”. Después de dos intentos fracasados, la sustancia
recibió la autorización para su salida al mercado estadounidense en
agosto. Y el próximo sábado llegará a las tiendas.
“El día más dulce”, celebra la empresa fabricante Sprout Pharmeceuticals en su página web.
Sin embargo, muchos expertos siguen sin estar del todo convencidos
del éxito del medicamento, tanto a nivel empresarial como médico. “No
valdrán la pena las muchas dificultades que implica su uso”, asegura la
terapeuta sexual Leonore Tiefer, de la Universidad de Nueva York, en
declaraciones al diario “The New York Times”.
Además, un medio contra la falta de apetito sexual de las mujeres
llegaría con mucho retraso, defiende la ginecóloga Karen Adams, de la
Universidad de Salud y Ciencia del estado de Oregon, a la revista
“Forbes”. “Entre el 40 y el 50 por ciento de las mujeres tiene algún
tipo de trastorno sexual. Es algo muy extendido y en el mercado farmacéutico no se ha hecho mucho al respecto.
El “Viagra rosa” de desarrolló originalmente en Alemania. La pequeña
empresa estadounidense Sprout Pharmaceuticals de Carolina del Norte
compró la patente a la alemana Boehringer Ingelheim, después de que ésta
no lograra la autorización de la Agencia de Alimentos y Medicamentos
estadounidense, la FDA.
En 2013, la firma estadounidense tampoco consiguió la autorización,
pero este año lo logró. Directamente después, el gigante canadiense
Valeant absorbió Sprout Pharmaceuticals en agosto.
En un principio la flibanserina estaba destinada a combatir las depresiones, y el aspecto del deseo sexual era secundario.
Pese a su apodo, el medicamento no es comparable al Viagra para
hombres. La píldora azul actúa directamente en el cuerpo y ayuda a los
hombres a tener una erección. Actúa en la capacidad y no en el deseo.
Pero en muchas mujeres el problema no es físico, pues tienen poco o nada
de apetito sexual y si tienen relaciones, no las disfrutan. Algo que no
sólo la afecta a ellas, sino también a los hombres y en general a su
relación.
Addyi pretende devolver el deseo a esas mujeres. La sustancia actúa
sobre los neurotransmisores en el cerebro, de forma similar a como actúa
un antidepresivo.
El Viagra actúa de forma directa y tiene efectos en casi el 100 por cien de los hombres. Sin embargo, Addyi es menos eficiente y además conlleva más riesgos.
Las pastillas deben tomarse a diario y sólo después de unas semanas
pueden notarse los primeros efectos, aunque sólo en una de cada diez
mujeres.
Además, la sustancia tiene normalmente más efectos secundarios como
mareos, cansancio o sensación de malestar. Y durante la duración del
tratamiento las mujeres no pueden tomar alcohol para no aumentar el
riesgo de efectos secundarios. En Estados Unidos las pastillas sólo venderán bajo prescripción médica y con visibles advertencias en el envase.
Pero pese a que la medicina parece ser interesante sólo para una
parte de las mujeres afectadas, en todo el mundo podrían ser millones e
incluso miles de millones. Y en Estados Unidos el fabricante ya ha
lanzado una gran campaña de publicidad.
Muchos ginecólogos, como Klaren Adams, aconsejan a sus pacientes que
no acudan inmediatamente al nuevo medicamento, supuestamente milagroso.
Ante la falta de apetito sexual es necesario primero comprobar otros
aspectos: la salud física y mental y el estado de la relación. La
mayoría de problemas pueden solucionarse mejor con una terapia de
pareja, consideran muchos expertos. “Realmente no es oportuno acudir a
la medicina”, señala Adams. “Primero hay que ver los motivos de por qué una mujer no quiere sexo”.
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