Apascacio Mata, el agente número
0983 de la desaparecida Policía Metropolitana
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El jueves 14 de mayo de 2015, falleció en
Caracas uno de los personajes más famosos y representativos de los años 70 y 80
en la ciudad. Un símbolo caraqueño en lo que respecta a la defensa de la ley y
las buenas costumbres, un modelo a seguir para las nuevas generaciones de
funcionarios abocados a la seguridad ciudadana.
Al ilustre Apascacio ni los
embates del tiempo ni el olvido de la sociedad a la que sirvió lograron minar
su ánimo, él jamás se quejó. Ese uniforme azul y las responsabilidades que
acarreaba lo fueron todo en su vida. Dijo
no recordar un día más triste que el 12 de noviembre de 1996, cuando se
tuvo que jubilar tras 32 años de servicio ininterrumpido. No quería irse pero
no se rebeló ni intentó quedarse más tiempo: había un reglamento para la
jubilación y lo cumplió, más nada.
Otra de los hechos que más
resaltó en la vida de Apascacio fue que en el patio trasero del edificio donde
vivió quedó la moto que la PM
le dio, inservible tras años de abandono, pero jamás se le ocurrió venderla:
“Ni loco, esa moto es parte de mí”, decía. Asimismo, dejó más de cuarenta
condecoraciones que le fueron otorgadas desde todos los organismos del Estado,
pero el recuerdo que conservó más cerca, al lado de su cama, fue la réplica de
la chapa que usó toda su vida, con un número que la PM retiró a petición suya:
0983.
Pero el destino le jugó una mala
pasada a Apascacio, sus últimos años de vida los pasó prácticamente solo en un
precario apartamento del 23 de Enero, sin piernas (le fueron amputadas debido a
la gangrena que le surgió después de dos accidentes y tras ser mal atendido en
el hospital de Lídice) y con la motricidad comprometida por un ACV que sufrió.
Pero su mayor tristeza antes de
morir fue pensar que también se perdió
su ejemplo, pues hace ya muchos años que la silueta de Apascacio se dejó de ver
por la Esquina
de Sociedad, en donde pasó 18 años. Cabe destacar que en 32 años de servicio en
la Policía
Metropolitana , Apascacio Mata Palacios se convirtió en un
emblema uniformado. Servía de ejemplo a los que recién comenzaban la carrera
policial.
Apascacio hizo historia
Uno de los hechos más
emblemáticos de Apascacio ocurrió un 17 de marzo de 1980 Erán las 12 del
mediodía, en la Esquina
de Sociedad, en el corazón de la avenida Universidad, un oficial de la escolta
presidencial pretendió detener el tráfico para dar paso a los vehículos que
escoltaban y trasladaban al presidente de la República , Luis Herrera
Campins, quien días antes por televisión
había manifestado su decisión de hacer cumplir las leyes de tránsito; el hecho
ocurrió de la siguiente manera:
–Ahí no. Deténganse…paren…paren…
–Epa, tú no ves quienes somos
–Miren el semáforo, el paso es de
los peatones…
–Ustedes son los primero que
deben hacer cumplir las leyes –, les gritó sin perder la compostura el agente
encargado de dirigir el tránsito.
El presidente se percató de la
situación y le ordenó al escolta que le permitiera al policía cumplir su trabajo.
–Usted captó el mensaje–. Y lo
felicitó
Apascacio fue el policía querido
por todos, un hombre cuya corrección nadie puso jamás en duda, el oficial más
condecorado en la historia de la Policía Metropolitana ,
una persona que cada mañana dedicaba 20 minutos de su vida a lustrar los zapatos
y pulir su hebilla.
El incidente con la caravana presidencial fue tan
valorado que semanas después el presidente Herrera lo invitó a almorzar en
Miraflores.
En la esquina de Sociedad,
Apascacio ayudaba a niños y adultos a
cruzar la calle e impuso las reglas a los conductores de pararse antes del
rayado.
Un ejemplo de cómo Apascacio trascendió
nuestras fronteras, fue que sus acciones le llevaron a ser invitado por el
presidente de los Estados Unidos, Jimmy Carter
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Aunque la mayor sorpresa que se
llevó Apascacio fue cuando el presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, lo
invitó, en 1981, a
la escuela de agentes de Tennessee, y fue
homenajeado en la
Casa Blanca , donde almorzó y compartió con el propio Carter.
La figura y el recuerdo de Apascacio forman parte del patrimonio caraqueño, un
policía venezolano que llegó a ser ejemplo internacional del orden y el respeto
vial.
Hoy muchas personas recordarán al
espigado policía con sus guantes blancos y gestos marciales. La ciudad ha ido
perdiendo sus íconos y referentes del acervo cultural.
Apascacio Mata Palacios nació en Panaquire, sector
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Esquina de Sociedad: el flechado era al
contrario de lo que es ahora. A la izquierda,
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Fuente: CaracasCuentame
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Orgullo de barlovento que dios te tenga en su santima gloria compañero de arma y parroquiano de el estado bolivariano de Miranda.
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