Mariano Rajoy anunció este jueves que se presentará a la sesión de investidura, fijada para el 30 de agosto, para pedir la confianza de la Cámara de Diputados (350 curules) pese a solo contar con el respaldo de 170 legisladores, seis u once menos de los necesarios para la mayoría absoluta o simple.
Rajoy se comunicó con la presidenta de Diputados, Ana Pastor, del PP, a quien informó sobre su disposición a presentarse cuando ella lo juzgara conveniente, ya que es la única autoridad autorizada por la Constitución para realizar la convocatoria.
Por la tarde, Pastor, de acuerdo con el líder conservador, anunció que el crucial debate de investidura tendrá lugar el 30 de agosto, la primera votación por mayoría absoluta (176 diputados) tendrá lugar al día siguiente, 31 y, en caso de no lograrse apoyo, se realizara un segundo escrutinio 48 horas después, 2 de setiembre. Esta decisión se produce 21 días después de que el Rey encargara a Rajoy formar gobierno el 28 de junio.
Esta fecha es la mejor por las posibilidades que abre a un calendario endiablado que culmina a fin de año. El apuro de Mariano Rajoy, cuyos planes incluían adelantar las fechas al 24 de agosto, se justifica debido a que el 15 de setiembre finaliza el plazo límite para que España presente los presupuestos del 2017 a la Unión Europea. De lo contrario puede ser castigada con una multa además del desprestigio que representa el incumplimiento.
Los presupuestos anuales son las leyes fundamentales del parlamento español. Para llegar, a toda velocidad, al debate, hay que tener solucionado el techo de gastos públicos del estado, las comunidades autónomas y los ayuntamientos.
El proyecto que presentará el Partido Popular representa su programa económico, social y cultural. Será contestado con una “enmienda a la totalidad” por el PSOE, que encabeza la oposición y una catarata de iniciativas de los 16 grupos con representación.
En caso que no se hubiera logrado en las dos sesiones de investidura nombrar un gobierno, y que esta situación se repitiera en sucesivas rondas de consultas por el Rey y nuevos escrutinios, el 31 de octubre se agotan los plazos establecidos por la Constitución. Comienza el trámite de las terceras elecciones generales en el año de Gracia de 2016.
El Rey está obligado, entonces, a disolver las Cortes y convocar a elecciones generales para 54 días después de acuerdo a la ley de Procedimientos Electorales. El 10 de noviembre vence el plazo para presentar las coaliciones de partidos que concurrirán y el 20 deben entregarse las listas de candidatos.
Comienza la campaña electoral el 9 de noviembre y el 25 de diciembre, día de Navidad, se realizaran los comicios por tercera vez en un año si no se obtuvo éxito en la investidura de octubre.
Mañana, viernes, firmará con los liberales de Ciudadanos un pacto donde acepta las seis condiciones esenciales de regeneración y lucha contra la corrupción que le exigían los liberales de Ciudadanos que cuentan con 32 asientos. A este grupo se le añaden los 137 de los populares y con uno de Coalición canaria, 170.
Después de una intensa negociación que finalizaba siempre en un bloqueo ante la negativa de Rajoy de fijar fecha para la investidura y el blindado bloqueo socialista hacia los populares: no al apoyo directo por mayoría absoluta y rechazo de una abstención técnica para facilitar la formación de un gobierno en minoría.
“Hemos dado un paso decisivo para formar gobierno y para que no se repitan las elecciones,” afirmó Rajoy. Sin embargo, un día antes afirmó que pese a que se llegara a reunir, como sucedió, una coalición de 170 diputados de apoyo, la suma no era suficiente porque para la mayoría absoluta hacen falta 176 legisladores, la mitad más uno de la Cámara Baja, en caso de que no se pudiera lograr un presidente. En ese caso debe realizarse otra por minoría simple, más votos a favor que rechazos.
Pero, en ese caso, aclaró el presidente del gobierno en funciones, “tengo 170 contra otros 180 y necesitaría once abstenciones del PSOE,”. Sin los socialistas “no se podrá formar gobierno habría que ir a terceras elecciones”.
“Conseguimos que España se desbloquee. Es tiempo para la negociación, de hablar de los españoles y sus problemas”, señaló el líder de Ciudadanos Albert Rivera. Se reafirmó después en su oposición a entrar a formar parte de un ejecutivo encabezado por Rajoy y también negó que hubiera entrado en contacto con Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, para lograr su abstención. De todas maneras insistió en pedir a Sanchez. “sentido del estado” para impedir que haya tres elecciones en un año”.
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