Es poco lo que se conoce sobre Ri Sol Ju, la supuesta esposa del dictador que tiene en vilo al mundo por sus amenazas nucleares.
Se la conoció como la primera dama norcoreana en julio de 2012, cuando fue presentada como la mujer de Jong Un. El anuncio fue hecho por el aparato propagandístico del régimen. Y, según los reportes de inteligencia de Corea del Sur, habrían tenido tres hijos, uno de los cuales será el heredero del régimen.
Pero lo cierto es que a Sol Ju no se la ve muy frecuentemente en actos públicos. Solo se la puede ver cuando su esposo hace anuncios sobre lanzamientos de misiles. Siempre sonríe, muy educadamente. Y no varía de tonalidades en su vestimenta: pastel y trajes muy sobrios son sus elecciones a la hora de vestir al lado del dictador.
Lo otro que se conoce de ella es que proviene de una familia privilegiada dentro de la hermética sociedad norcoreana. Su padre es profesor universitario y su madre, médico, lo cual no es frecuente en la empobrecida población. Ese privilegio le habría permitido estudiar canto en China y hasta tener la posibilidad de visitar Corea del Sur.
Pero los medios del régimen no ofrecen mucha información sobre la mujer más importante al lado del dictador. Cuando hace apariciones públicas, apenas la nombran. Y lo hacen como si solo representara una función: la de “camarada Ri Sol Ju”. Nada puede opacar la presencia del hombre que posee el botón para desatar una guerra nuclear sin precedentes.
La fecha del casamiento es incierta, como todo alrededor de Kim Jong Un. Hay quienes afirman que sucedió en 2009 y que al año siguiente tuvieron al primer heredero, quien podría comandar los destinos de esa aislada nación cuando el actual dictador ya no esté. Otros, sin embargo, aseguran que la unión entre ambos se concretó en 2010, luego de que él la conociera en un concierto. No está claro si fue amor o capricho. Lo cierto es que ella no pudo negarse.
Eso sí. A diferencia del resto de las mujeres norcoreanas, Ri goza de placeres alejados del terrenal y oprimido pueblo. Sus gustos orientados a la moda occidental le posibilitan lucir carteras Chanel, prendas Dior, o de cualquier otro modisto de alta costura.
En agosto pasado, la inteligencia surcoreana informó sobre el nacimiento del tercer hijo del dictador. A la joven madre de 27 años la habían mantenido oculta durante meses, lo que despertó las sospechas sobre su salud en varios círculos de poder del mundo. Nada de eso: estaba embarazada y no querían mostrarla al público.
Pero los cuidados en las formas habrían tenido que ver con algo más siniestro. Los medios de Corea del Sur comunicaron que el ocultamiento tuvo que ver con el deseo de Kim de que su esposa quedara embarazada de un varón que pudiera heredar su poder. ¿Sus anteriores hijos fueron mujeres? Intriga. La mujer habría vivido los meses de su embarazo bajo mucha presión por parte del dictador, quien la “obligaba” a que diera a luz a un bebé. Alguien que pudiera asegurar el legado que viene desde generaciones.
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