Al parecer, los jóvenes estaban trabajando en la población fronteriza conocida como La Parada, de Villa del Rosario, departamento del Norte de Santander y habían emigrado recientemente buscando recursos económicos para ayudar a sus familias en Venezuela.
Sus familiares, residentes de los estados Carabobo y Aragua, al enterarse de la suerte de sus seres queridos realizaron el largo recorrido hasta al Instituto de Medicina Legal en Cúcuta donde entregaron la documentación de los jóvenes para que fuesen reconocidos por las autoridades, quienes les confirmaron la fatal noticia.
Informaron que ellos tenían pocas semanas en Colombia, trabajaban llevando mercancía por la frontera y también cargando las maletas de los compatriotas que buscan cruzar el puente internacional Simón Bolívar.
Pinto y Blanco son dos de los cuatro venezolanos asesinados el pasado viernes 19 en horas de la madrugada en La Parada. Los otros aún no han sido identificados. Dos de los hermanos de Blanco confirmaron que su cadáver lo hallaron abandonado dentro de una caneca.
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