La moneda de China, el yuan, logra dar un paso más en su larga marcha hacia la internacionalización. A partir de este lunes 26 de marzo, la República Popular China comienza a emitir contratos 'futuros' sobre petróleo denominados en yuanes. A través de la Bolsa Internacional de Energía de Shanghái (INE, por sus siglas en inglés), el gigante asiático lanza sus primeros instrumentos financieros derivados sobre petróleo crudo. El acontecimiento representa un gran cambio en elmercado mundial deenergía, apunta la revista estadounidense Foreign Policy.
Una vez terminados todos los trámites burocráticos, los chinos establecen la primera referencia de contratos 'futuros' sobre petróleo en la región Asia-Pacífico. Después de superar a EE.UU. como el principal importador de petróleo en escala global el año pasado, China aumenta su influencia en la fijación de los precios del oro negro. Así, las plazas financieras de EE.UU. y el Reino Unido pierden el monopolio sobre la emisión de instrumentos financieros derivados relacionados con el petróleo. El billete verde ya no está solo: el petroyuán debuta en las grandes ligas de las finanzas mundiales.
¿Qué son los contratos 'futuros' sobre petróleo?
Materias primas ('commodities') como el petróleo no se comercializan solamente en los mercados físicos, se transan en los mercados financieros. Los recursos naturales se representan a través de títulos financieros que son adquiridos en las bolsas de valores. Los contratos 'futuros', por su parte, son instrumentos financieros derivados: se llaman así porque su valor está basado en el precio de otro activo.
Los contratos 'futuros' sobre materias primas ('commodities') son diversos, incluyen una amplia gama de activos: oro, plata, cobre, petróleo crudo, entre otros. Bajo la cotización del dólar, el índice West Texas Intermediate (WTI) de Nueva York y el Brent de Londres eran las únicas referencias a la hora de comercializar contratos 'futuros' sobre petróleo.
Hoy la República Popular China está logrando traducir su poderío económico en un mayor protagonismo en las finanzas internacionales. La INE se propuso ganar autonomía y dictar sus propias reglas: la emisión de 'futuros' denominados en yuanes permite a China tener una referencia propia que refleja los precios del petróleo crudo que consumen sus refinerías.
Los 'futuros' sobre petróleo sirven para que los compradores se protejan ('cubran') de las fluctuaciones de precios: son la promesa entre dos partes de que, en una fecha futura, el crudo se va a comercializar a un precio determinado. En el año 2012, por ejemplo, cuando el precio superaba los 100 dólares por barril, los 'futuros' sirvieron como instrumentos de cobertura de riesgo ante la posibilidad de subidas consecutivas de precios.
Sin embargo, son contratos que no se adquieren solamente para protegerse de la volatilidad. También hay quienes los compran para obtener ganancias a través de la especulación. Los precios de los contratos 'frutos' pueden ser objeto de manipulación y generar distorsiones en los mercados. Actualmente, la proporción entre el volumen de crudo que se negocia en los mercados financieros y el que se transa en los mercados físicos es de 23 a uno, según información de Bloomberg.
La euforia especulativa, el gran peligro
Los chinos están interesados en que sus 'futuros' sobre petróleo sean comprados por un número cada vez mayor de inversionistas. De acuerdo con Reuters, el Ministerio de Finanzas está otorgando incentivos para que las emisiones sean un éxito: durante los próximos tres años los corredores extranjeros no pagarán impuestos sobre la renta sobre las comisiones que obtengan en los contratos.
El lanzamiento de 'futuros' sobre petróleo, sin embargo, no está exento de amenazas. La especulación puede provocar estragos en los mercados bursátiles. Las autoridades chinas están pendientes ante cualquier contingencia: quieren internacionalizar la "moneda del pueblo" ('renminbi') pero, al mismo tiempo, garantizar la estabilidad financiera. Hasta el momento, los contratos 'futuros' de China están regulados.
Todo un dilema para el gigante asiático. Si se promueve una mayor apertura del sector financiero hacia el exterior, los riesgos aumentan. Pero si el Gobierno continúa imponiendo restricciones a los inversionistas, el yuan nunca será una divisa plenamente convertible: es necesario que tanto nacionales como extranjeros puedan comprar y vender títulos denominados en yuanes sin restricción alguna.
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