Su nombre es Joy Arcilla, una joven de 16 años, en el 2012, notó un pequeño bulto que se le estaba formando en su bicets izquierdo, pensaba que le había picado un insecto.
Pero no imaginó que era algo que le cambiaría la vida drásticamente.
La joven notaba que la hinchazón de su brazo iba creciendo, fue en ese momento que acudió al médico. El doctor que la atendió revisó la zona y le diagnosticó Sarcoma de Ewing, conocido como cáncer de hueso o tejido blando.
Inició el tratamiento de quimioterapia, el cual duro un año. Pero en el 2014 el cáncer regresó obligando a la joven a someterse a 17 quimioterapias más. Pero antes de terminar su quimioterapia, ella no pudo continuar, se sentía muy débil y decidió abandonarlo.
La decisión de dejar su tratamiento le trajo consecuencias muy graves para su salud, y es que su mal había empeorado. La masa que tenía en el brazo aumentó cuatro veces su tamaño anterior.
En el 2017 decidió dar la autorización a los médicos para que le amputarán el brazo izquierdo.
“Estaba triste, pero esto tenía que hacerse para evitar que el cáncer se extendiera a otras partes de mi cuerpo”, contó Joy al portal británico Daily Mail.
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