Debajo de una densa, compacta y espesa capa de cenizas se esconde lo que algún día fue color. Lo que algún día fue vida. Ahora son toneladas de pavesas y lava que durante horas expulsó el volcán de Fuego las que ocultan la posibilidad de encontrar a alguien con vida en Guatemala.
Con los primeros rayos de sol los equipos de rescate salen hoy a la búsqueda de supervivientes, constató Efe. Eran 25 los muertos, pero en las últimas horas los cuerpos de socorro han encontrado otros ocho cuerpos completamente quemados.
Con los primeros rayos de sol los equipos de rescate salen hoy a la búsqueda de supervivientes, constató Efe. Eran 25 los muertos, pero en las últimas horas los cuerpos de socorro han encontrado otros ocho cuerpos completamente quemados.
En las caras de los integrantes de las brigadas de rescate se ve el terror. El horror. Saben que la cifra aumentará conforme vayan pasando las horas.
Y eso sí no lo podrán evitar. Solo encontrar a alguien con vida dará aliento a estos héroes a continuar con una de las tareas más complicadas y duras. Apartar escombros y buscar a alguien que responda “sí” cuando preguntan “¿Hay alguien?”.
Con sus propias manos y a veces apoyados con palas, las brigadas de búsqueda escarban en las toneladas de ceniza y arena que arrojó el temible volcán el domingo.
Levantan láminas de los techos en busca de sobrevivientes. Han encontrado animales domésticos y perros quemados.
Y es que el flujo piroclástico que descendió del cráter del volcán ubicado entre los límites de los departamentos de Escuintla, Chimaltenango y Sacatepéquez alcanzaron hasta los 700 grados de temperatura. Un infierno.
Todas las barrancas de hasta 80 metros de profundidad que existen en el volcán de Fuego están llenas de material. Son como una olla de presión a punto de explotar. Y la peor amenaza lo representan las lluvias que pueden ocasionar una nueva avalancha.
Un panorama gris en la región más devastada por la erupción que es la más violenta de los últimos años, según el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh).
“Vámonos. Viene la avalancha” eran los gritos de varios habitantes el domingo cuando la furia de la lava arrasaba con todo a su paso.
Las brigadas continúan con fe la búsqueda de sobrevivientes de estos poblados, en su mayoría indígenas dedicados a la agricultura.
Al fondo, entre las primeras nubes, el volcán de Fuego lanza una pequeña explosión. La calma con la que ha amanecido este lunes no deja siquiera imaginar que hace unas horas vivió una de las mayores erupciones de los últimos años.
Pero no hay que confiarse. Es la furia de esta edificación natural la que puede volver a desatarse. Por una de sus laderas se ve cómo empieza a salir más material volcánico. Es hora de replegarse. Suenan las alarmas y hay que correr para salvar la vida.
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