Según la
religión cristiana, María es la madre de Jesucristo, quien al tercer día de
haber sido crucificado, resucitó entre los muertos. La imagen que la representa
entre los creyentes es la Virgen, en alusión a la manera como concibió al hijo
de Dios.
Los diferentes
nombres o advocaciones dados a María corresponden a las circunstancias de la
manifestación.
En el caso de la
Virgen de Coromoto de Naiguatá, en el estado Vargas, la tradición oral cuenta
que una piedra muy pequeña con la imagen de una mujer, en señal de oración y
revestida con un manto, fue encontrada por el indio Coromoto al pie de un árbol
en el manantial La Boquita, ubicado en Casanapare.
No se sabe
exactamente cuándo ocurrió el hallazgo. Sin embargo, para el año 1772, durante
una visita del Obispo Martí, se hace referencia a una reliquia colocada dentro
de la Iglesia de Bahareque que sobrevivió al fuerte terremoto de 1900. Los
mayordomos eclesiásticos, Feliciano Longa y Gregorio Iriarte, la encontraron
intacta entre los escombros.
En el marco de
una colaboración para estudiar la historia y etnografía de la entidad
varguense, el Centro de Antropología del Instituto Venezolano de
Investigaciones Científicas (Ivic) está apoyando a la comunidad de Naiguatá
para reconstruir la historia de la Virgen de Coromoto, aparecida en un
riachuelo que estaba ubicado en las actuales instalaciones del Club Puerto
Azul.
“Además de
reforzar la religiosidad y fe del pueblo, este proyecto fortalece las
identidades locales, el sentido de pertenencia y las tradiciones culturales. De
allí su gran importancia antropológica”, explicó Horacio Biord Castillo,
investigador y jefe del Centro de Antropología y del Laboratorio de
Etnohistoria y Oralidad del Ivic.
Ya en el siglo
XIX hay documentación sobre peregrinaciones, procesiones y manifestaciones de
devoción hacia la Virgen de Coromoto de Naiguatá, levantada por el Padre
Lorenzo Soria. A partir de ese momento, la reliquia está resguardada en la
Iglesia San Francisco de Asís y su fiesta se celebra cada 8 de septiembre.
Una delegación de
la Sociedad Nuestra Señora de Coromoto de Naiguatá -encabezada por su
presidente, José Iriarte, y el padre Alberto Castillo, párroco de Naiguatá-
visitó recientemente las instalaciones del Ivic para fotografiar la reliquia y
mostrarla al equipo de investigación.
Según Iriarte,
se trata de “una oportunidad importante porque desde hace tiempo se estaba
buscando este tipo de estudio científico para dar testimonios más fieles sobre
la historia real de nuestra Santísima Madre la Virgen María”, dijo.
Dany Merentes,
custodio de la Virgen de Coromoto de Naiguatá, aseguró que el relicario “es de
un metal bastante resistente. No podemos precisar el año, pero es una pieza con
una estructura gótica”.
El Indio
Coromoto tomó la piedrita con la intrigante silueta de mujer por considerarla
novedosa y para realizar trueque por alimentos y bebidas. Cuando notó que a
pesar de intercambiarla aparecía nuevamente en su mapire (cesta) como por arte
de magia, se asustó y decidió consultar la opinión de misioneros franciscanos.
“Fue entonces
cuando se percataron de que se trataba de la imagen de la Virgen María que
luego fue colocada en un sencillo relicario para la veneración de todos los
naiguatareños y visitantes”, señaló Merentes.
Rita Ramírez ha
estado en la Sociedad Nuestra Señora de Coromoto de Naiguatá por más de 30
años. En la actualidad, ejerce las funciones de tesorera de la organización.
A su juicio, la
Virgen María de Coromoto de Naiguatá los ha acompañado en los desastres
naturales de 1951, 1999 y 2005. Sin embargo, “este 2018 es la oportunidad que
ha querido ella (la Virgen María) para darse a conocer y que todo el mundo sepa
que en Naiguatá apareció esa reliquia y que la tenemos allá”, precisó.
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