Las primeras crónicas que se tienen del Lago datan del 24 agosto de 1499, cuando Alonso de Ojeda, en un primer viaje, recorre la costa desde Paria hasta el Cabo de La Vela, cruzando frente a la barra de Maracaibo.
Siguiendo por la costa del golfo, al cual llamó Coquivacoa, descubrió el inmenso Lago, al cual dio el nombre de San Bartolomé, en honor al santo, cuyo onomástico se celebra cada 24 de agosto.
«El 8 de septiembre de 1529, el alemán Ambrosio Alfinger rebautizó el Lago de San Bartolomé con el nombre de Nuestra Señora, y en esa misma fecha fundó la ciudad que daría nombre al Lago». El azul de otrora se perdió en la superficie de 13 mil 280 kilómetros cuadrados, la profundidad de 30 metros y un volumen que abarca 280 millones de metros cúbicos.
«Aunque Gustavo Parra Pardi, en su libro La conservación del Lago de Maracaibo, afirma que el sistema del Lago es único y que representa uno de los mejores sistemas acuáticos en el mundo, el almacenamiento de aguas residuales, los derrames petroleros, la descarga de desechos y la proliferación de la lemna disminuye su belleza y amenaza su ecosistema».
«Los mayores problemas» iniciaron con la explotación petrolera. «Anteriormente la producción agrícola que teníamos en el Sur del Lago, aunado a la siembra del cacao porcelana y algo de plátano, eran las actividades que perjudicaban al Lago. En ese entonces no se hablaba del bum petrolero. Se trabajaba con el crudo, pero ocasionalmente.
Con la consolidación de la ciudad y la Costa Oriental del Lago, la superpoblación se aceleró. Se iniciaron entonces las descargas de grandes cantidades de aguas residuales. Todas tenían un destino: el Lago. «Cuando se abrió el canal de navegación, comenzó a subir abruptamente su salinidad. De mil partes por millón se elevó a cuatro mil partes la salinidad. El cuerpo humano solo aguanta 500 partes por millón. Hasta 1969 se mantuvo la cifra. Actualmente tenemos cinco mil 300 partes por millón, es decir, casi 10 veces más de lo que podemos resistir».
Cuando pasó el Puente
463 años después del descubrimiento del Lago de Maracaibo, construyeron el Puente Rafael Urdaneta. 24 de agosto de 1962. Gobernaba Rómulo Betancourt en el país. El gabinete ejecutivo nacional, más las representaciones diplomáticas, ministro de Obras públicas de Colombia, Ecuador, Bolivia y Brasil y el gobernador del Zulia, Luis Vera Gómez, estuvieron en la inauguración.
Bombos, platillos y fuegos artificiales. Por lo menos 200 mil personas presentes. Todo estaba allí para ver la obra de ingeniería del momento, esa gran estructura de concreto. Hoy, el Puente sobre el Lago cumple 51 años.
El presidente fundador del partido Un Nuevo Tiempo, Manuel Rosales, lamentó el gran estado de deterioro en que se encuentra el Puente Rafael Urdaneta. Dijo que en vez de celebrar los 51 años de su inauguración, el pueblo sentirá una profunda tristeza por el desprecio y la desidia con que el Gobierno nacional ha tratado a uno de los más grandes íconos de la zulianidad.
La construcción del Puente sobre el Lago duró tres años y cuatro meses. Comenzó en 1957
«El Puente sobre el Lago nos ha llenado de orgullo por muchos años. Nuestro hermoso puente, que ha sido inspiración de artistas, poetas y gaiteros ahora muestra los estragos del completo abandono en que se encuentra desde que en 2009 se lo arrebataron a los zulianos».
Son al menos, 60.000 usuarios los que a diario pasan por ahí. «Desde una oficina en Caracas no se pueden administrar las obras y los servicios de los estados y municipios, porque se ha comprobado que esa política representa un modelo de atraso y fracaso en manos de la burocracia centralista».
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