Promesa cumplida. China abrirá este lunes el primero de los dos grandes hospitales que se han construido en la ciudad de Wuhan en 10 días para paliar la crisis desatada por el coronavirus.
Es el Hospital Huoshenshan, cuyo nombre significa "Montaña del Dios del Fuego", con capacidad para 1.000 pacientes, será operado por 1.400 miembros del personal médico de las fuerzas armadas, según aprobó este domingo el presidente chino, Xi Jinping, también presidente de la Comisión Militar Central. La construcción empezó el pasado 23 de enero.
Entre el personal médico militar, explicó la agencia de noticias Xinhua, muchos participaron en la lucha contra el SARS en 2004 en el Hospital Xiaotangshan en Beijing o en la misión contra el Ébola en Sierra Leona y Liberia, por lo que tienen una rica experiencia en el tratamiento de enfermedades infecciosas.
Allí, en Wuhan, ha habido en las últimas 24 horas, según datos de la Comisión de Sanidad local, 849 nuevos casos y 32 muertes.
La ciudad de Huanggang, también en Hubei, es otra de las más afectadas y las autoridades estiman que los muertos subirán mucho en los próximos días ya que mucha gente regresó de Wuhan antes de que la ciudad fuera puesta en cuarentena.
Un cierre que luego se amplió a otros municipios de Hubei y que en el propio Huanggang es total. Solo se podrá salir para recibir tratamiento médico, a realizar trabajos de prevención y control de epidemias o a trabajar en supermercados y farmacias.
“Ubicado a unos 25 kilómetros de la zona metropolitana, en una extensión de unos 34.000 metros cuadrados, el hospital ha sido levantado siguiendo el modelo del Hospital de Xiaotangshan, que se construyó en Beijing en tan solo siete días durante la epidemia de SARS del 2003, y que fue clave en el control y tratamiento del brote. Wuhan Volcan prevé acoger a los afectados por el virus que ya suman en torno a los 14.380, y más de 300 víctimas mortales. Para ello, docenas de grúas han trabajado día y noche junto con miles de obreros montando piezas”, reseña el diario “El País” de España.
Las autoridades sanitarias chinas no solo están ejerciendo un control de los ciudadanos, a quienes recomiendan salir lo menos posible de casa, sino que también se publicó un protocolo de actuación con los muertos por la enfermedad.
Sin entierros de cadáveres
Estos no podrán ser enterrados donde quieran sus familiares ni tampoco tener una ceremonia de despedida sino que deberán ser incinerados en una funeraria designada y cerca de donde están.
No serán transportados entre diferentes regiones y no serán preservados por entierro u otros medios, apunta un protocolo emitido por la Comisión Nacional de Salud, el Ministerio de Asuntos Civiles y el Ministro de Seguridad Pública.
Tradiciones funerarias como las ceremonias de despedida están prohibidas y los cuerpos deberán ser desinfectados y colocados en una bolsa sellada por trabajadores médicos y no se podrán abrir después del sellado.
Hasta ahora todos los fallecidos se habían producido en China, donde están también el 99 % de las personas infectadas, pero ya se confirmó que un hombre de nacionalidad china falleció el sábado en Filipinas, donde había viajado desde Wuhan.
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