A propósito del aparatoso accidente
ocurrido en la urbanización La Coromoto en el municipio San Francisco, la
madrugada del pasado domingo|16 de febrero …
En el accidente se vieron involucrados un carro Twingo y una
camioneta Silverado. Perdieron la vida dos hombres. Las alarmas se
encendieron por el hecho de que quien causó el accidente, es competidor de
‘piques’.
En esa oportunidad las autoridades
enviaron una nota de prensa a los medios de comunicación en la que se informó
que «los irresponsables competidores de ‘piques’ de carros fueron
detenidos y se les halló en una caja de cervezas en la camioneta Silverado».
La camioneta
Silverado que conducía Armando Useche estaba preparada para competir en
‘piques’, por lo que NAD consultó a expertos en mecánica y explicaron cómo es
el procedimiento para convertir estos vehículos en verdaderas ‘máquinas de
carreras sin límites’. Uno de ellos es el «Sofware del Diablo«.
«Las computadoras de las camionetas
vienen restringidas en velocidad, pero hay quienes las reprograman, mueven los
valores y se les aumentan los caballos de fuerza, a eso se le llama el «Sofware del Diablo» porque
terminan obteniendo una velocidad sin límites con el objetivo de competir en
estos famosos piques de autos», explicó José Martínez, mecánico y quien se
encarga desde hace tres años de la preparación
de estos vehículos.
Otro dijo que a las camionetas se
mejora a nivel electrónico para elevar los parámetros, entonces le colocan un
chip que sería la reprogramación de la computadora y además se les hace el arreglo de
filtro de motor y el Intake que aumenta el rendimiento. No sabemos cuál es el caso de
la camioneta involucrada en el accidente pero si estaba destinada para piques
lo más seguro es que pasó por ese procedimiento», advirtió Juan Palmar,
mecánico con 20 años de experiencia.
Los habitantes de la urbanización La
Coromoto del municipio sureño denunciaron que desde hace
varios años se están dando este tipo de carreras y con impotencia
observan cómo pasan estos vehículos por las calles sin ningún control.
«Como alma que lleva el Diablo pasa esa gente por
aquí, siempre le pido a Dios que nos proteja porque en cualquier momento se iba
a presentar una desgracia. No sé cómo no han arrollado gente
con la velocidad que corren por estas vías sobretodo los fines de semana», dijo
Marina Mogollón, habitante de la calle 171, la misma en la que ocurrió el
aparatoso choque.
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