Por años se ha tenido la falsa creencia de que los piojos son sinónimo de mala higiene, pero eso no es totalmente cierto. Estos parásitos que viven en la cabeza de las personas y que se alimentan de su sangre para sobrevivir, se mueven arrastrándose, porque no pueden saltar ni volar y se contagian a través del contacto cercano entre las personas.
La higiene personal y la limpieza no se relacionan en lo absoluto con un posible contagio, y en muy raras ocasiones se les pueden pegar a otras personas al compartir objetos personales como cepillos para el cabello o sombreros.
Riesgo
A nivel estadístico, durante años se ha señalado que los piojos afectan en su mayoría a los niños en edad escolar, entre los tres y los 11 años, y estos a su vez, terminan contagiando a su núcleo familiar.
Según estudios realizados, esto se debe a que los niños pequeños suelen estar juntos y al tener sus cabezas muy cerca mientras juegan, existe la posibilidad de que el niño que tiene estos insectos se los pegue al resto; y esto se vuelve una cadena de contagio.
Día a día
En la actualidad, existen numerosos factores que pueden sumarse a una lista de posibles desencadenantes para que estos molestos insectos afecten no solo a los más pequeños de la casa y su grupo familiar más cercano; por ejemplo, el más común y posiblemente el de mayor impacto, la falta de transporte público que lleva a la mayoría de la población a utilizar el metro en horas pico o las camionetas por puesto; y en la cual no se respeta una distancia prudencial entre unos y otros.
Este contacto directo entre las personas puede acarrear que el adulto que fue contagiado por su hijo, que trajo piojos del colegio y que aún no lo sabe, se lo pegue a otro adulto que utiliza el transporte público y es allí donde se inicia una cadena que puede no tener fin.
Síntomas
Si jamás has visto piojos, pero crees tenerlos, estos son los síntomas más comunes que pueden presentarse: picazón fuerte, sensación de cosquilleo en la cabeza, llagas en el cuero cabelludo a causa de rascarse, e incluso problemas para dormir porque los piojos son más activos en la oscuridad.
Tratamiento
Existen muchas alternativas para tratar los piojos entre los que se encuentran; champús, cremas, lociones, entre otros. Sin embargo, te ofreceremos una alternativa casera más natural, menos perjudicial para la salud, y que además, te permite ahorrar algo de dinero, porque es a base de ingredientes que la mayoría tiene en la cocina de su casa.
El ácido del limón es un insecticida efectivo para acabar con estos molestos parásitos que se pegan a las hebras del cabello, y además, su fuerte olor los repele, evitando que logre colonizar en la cabeza. Aplicar el zumo sobre el cabello reduce las posibilidades de contagio de piojos y liendres, y la aparición de baterías y hongos.
Acaba con ellos
1. Coloca un vaso con agua en el microondas y calienta un poco.
2. Exprime un limón y retira las semillas.
3. Añade el zumo de limón en el agua caliente y luego agrega en un envase con atomizador.
4. Aplica en el cabello y en el cuero cabelludo y deja actuar por 30 minutos aproximadamente. Puedes envolver la cabeza en una toalla para lograr mejores resultados.
5. En la misma botella, agrega vinagre y aplica sobre el cabello hasta humedecerlo con este preparado. El vinagre potencia el efecto del limón por lo que se sugiere dejarlo actuar entre 10 y 20 minutos más.
6. Enjuaga y lava tu cabello como de costumbre y al finalizar, peina con un cepillo especial para retirar piojos y liendres.
Este remedio casero lo puedes hacer 1 o 2 veces a la semana.
¿Cómo prevenirlos?
- Remoja los peines y cepillos en agua caliente durante mínimo cinco minutos.
- Lava la ropa, incluso la de la cama y toallas con agua caliente.
- Aspira las superficies donde la persona ha estado sentada o acostada.
- Coloca en una bolsa plástica por dos semanas, aquellos objetos que no se puedan lavar para matar estos parásitos.
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