Las nubes altas de Venus contienen fosfina, un gas que en la Tierra solo se produce a nivel industrial o por microbios que prosperan en entornos libres de oxígeno. Este es el principal hallazgo del equipo de astrónomos de cinco universidades, dirigido por la profesora Jane Greaves.
La investigación, publicada este lunes en la revista Nature Astronomy , podría apuntar a la presencia de vida “aérea” extraterrestre. El equipo cree que su descubrimiento es significativo porque pueden descartar muchas formas alternativas de producir la molécula recientemente detectada, pero reconocen que confirmar la presencia de vida necesita de mucho más trabajo.
Según la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro
de Enfermedades (ATSDR), la fosfina (PH3) es un gas incoloro,
inflamable, que explota a temperatura ambiente y que huele a ajo o a pescado
podrido.
La fosfina es usada en las industrias de semiconductores y de plásticos, en la producción de un retardador de llamas y como plaguicida en granos almacenados.
Pequeñas cantidades ocurren naturalmente provenientes de la degradación de materia orgánica. Y es levemente soluble en agua.
La fosfina se degrada muy rápidamente en el ambiente de manera que la población general solamente puede estar expuesta a pequeñas cantidades de este compuesto al inhalar aire, al tomar agua y al comer alimentos.
Dos formas para la producción de este gas
En la Tierra, hay dos posibles formas para la producción de
este gas. La primera implica una fabricación industrial. De hecho, la fosfina
se produjo para su uso como arma química durante la Primera Guerra
Mundial.
Su otra forma de obtención se da de forma natural por la
actividad de ciertos microorganismos capaces de sobrevivir en ambientes sin
oxígeno. El hecho de que sea un gas que desprenden algunas bacterias ha hecho
que sea propuesto como “biofirma”, es decir, como marca indicativa de la
presencia de vida.
Prudencia ante el nuevo descubrimiento
Tras el hallazgo, los astrónomos realizaron cálculos para
ver si la fosfina podría provenir de procesos naturales en Venus.
Advierten que falta algo de información; de hecho, sólo existe otro estudio del
fósforo en Venus y provino de un experimento de aterrizaje, llevado a cabo por
la misión soviética Vega 2 en 1985.
El equipo espera ahora más tiempo del telescopio, por
ejemplo, para establecer si la fosfina se encuentra en una parte relativamente
templada de las nubes y para buscar otros gases asociados con la vida. Las
nuevas misiones espaciales también podrían viajar a nuestro planeta vecino
y tomar muestras de las nubes in situ para buscar más señales de
vida.
No obstante, el administrador de la NASA, Jim Bridenstine, calificó el hallazgo de un "avance más significativo hasta ahora en sustanciar el caso de la vida fuera de la Tierra". "Hace unos diez años la NASA descubrió vida microbiana a 120.000 pies en la atmósfera superior de la Tierra. Es hora de dar prioridad a Venus", escribió en su cuenta de Twitter.
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