“Si no vas a ser feliz conmigo, ni tú ni mi hijo serán felices”, fue lo que le dijo el vigilante de una galería Carlos Wilfredo Hernández Rodríguez (30) a su expareja venezolana Yolimar Josefina Mendoza Mendoza (30) semanas antes de asesinarla. Ella murió tras ser baleada en la espalda por este sujeto que luego se suicidó, en La Victoria, Perú.
Aquel día, en la mañana, la anfitriona, de nacionalidad venezolana, llegó a trabajar al restaurante ubicado en un centro comercial de la cuadra 15 del jirón Humboldt, a media cuadra del Parque Cánepa, en La Victoria.
Ella estaba esperando con su hermana Yorgelis (20) cuando su expareja y también compatriota apareció. “Yo salía del local y él llegaba. Me preguntó si mi hermana estaba y le dije que sí. Él subió. Al rato escuché los disparos y vi que eran ellos los que estaban en el piso”, contó Yorgelis Mendoza.
Según se supo, el hombre no tenía licencia para portar armas y se desconoce la procedencia de dicha pistola utilizada en el hecho de sangre.
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