En horas de la mañana del martes fue reconocida por familiares que acudieron a la sede del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (CICPC).
Karla Vanessa trabajaba en el hospital del Seguro Social y era madre de dos niños, de cuatro y ocho años. Estaba desaparecida desde las 6.00 de la tarde del pasado sábado 17 de octubre, cuando salió de su residencia ubicada en la carrera 2 con calles 3 y 4 de Táriba, sin explicar a dónde se dirigía.
El domingo, en la mañana, intentaron establecer contacto con la mujer, pero no contestaba llamadas ni mensajes; su celular aparecía apagado, solo la contestadora, según se comentó en el vecindario.
El lunes la preocupación aumentó y se comenzó a indagar con amistades, centros asistenciales y otros lugares, con resultado negativo.
El martes, a eso de las 7.00 de la mañana, un vecino comentó que el lunes leyó, en información publicada por Diario La Nación, sobre la localización del cadáver de una mujer.
“Encontraron a una mujer muerta a golpes en el barrio El Diamante y pudiera tratarse de Karla”, refirió el hombre. “La prensa dice que la mujer no fue identificada por falta de documentos, pero habla de dos tatuajes, que coinciden con los que ella tiene”, argumentó más adelante.
Los familiares de la enfermera optaron por dirigirse a la sede del CICPC para denunciar la desaparición, solicitar información sobre la mujer encontrada sin vida el pasado domingo y hacer un reconocimiento, si era necesario.
En la Brigada Contra Homicidios, los detectives les mostraron fotografías de la mujer y sus tatuajes, uno de ellos con la figura de un dragón, localizado en la región escapular. También mostraron fotos de la vestimenta, jean de color azul y una blusa de color rosado. Todas las cosas coincidían y pese a las lesiones que los golpes dejaron en su rostro, sus familiares lograron reconocerla.
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