Expertos aseguran que debemos disfrutar la vida y del sexo con precaución, sin estropear el día con un pastelito
Los juegos previos al sexo son determinantes para gozar de experiencias que reaviven la llama de la pasión. Esto, suele incluir a la comida. Sin embargo, tienen su grado de riesgo.
Estas prácticas pueden ser tan eróticas como riesgosas desde el ámbito de la salud sexual. Carmen Hidalgo Tenorio, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc) advirtió:
“La comida puede formar parte de los juegos eróticos, pero con prudencia y cautela sabiendo cómo hacerlo, porque si no, puede implicar ciertos riesgos”.
En este sentido, la especialista indicó que agregar alimentos a ciertas prácticas como el sexo oral puede incrementar el riesgo de contraer infecciones genitales como uretritis y vaginitis y aquellas vinculadas al tracto urinario o anal (proctitis).
“Debe evitarse poner o introducir bebidas o alimentos en genitales, o mucosa anal ya que, por ejemplo, alimentos azucarados pueden favorecer la aparición de infecciones bacterianas a nivel genital, urinario o anal; también hay que tener en cuenta, que los alimentos utilizados pueden estar colonizados por microorganismos previamente y dar lugar a una infección en la mucosa en la que se introduzca”.
En esta línea de ideas, la portavoz sugiere abstenerse de introducir alimentos en los genitales o en el ano como fresas, chocolate o miel. A su criterio, tampoco considera recomendable introducir en estos lugares del cuerpo lubricantes caseros derivados del aceite y productos de masajes que solo son acordes para el cuidado de la piel.
“Si utilizas alimentos, lávalos previo al uso, no los introduzcas en genitales, o en mucosa anal, no utilices sustancias semilíquidas como nata, miel o líquidos en vagina o ano, que sean difíciles de limpiar y favorecen la aparición de infecciones a nivel local o incluso en ocasiones sistémicas”.
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