Lucas Correa, abogado de la mujer, acusó a los responsables de la decisión de vulnerar el derecho de su cliente a morir dignamente. Además, calificó de «ilegítima, ilegal y arbitraria» la cancelación de la eutanasia de la paciente.
«La están obligando a vivir una vida que ella no está dispuesta a seguir viviendo, con unos sufrimientos y dolores que juzga incompatibles con su idea de dignidad», dijo el representante legal de Sepúlveda a la BBC.
El caso
La eutanasia es legal en Colombia desde 1997. De hecho, el país fue el primero en Sudamérica en legalizar tal procedimiento. La práctica, sin embargo, solo era permitida a los pacientes que padecían enfermedades terminales, es decir, a las personas cuyos estados de salud eran ya irreversibles. La muerte asistida sería una manera de acortar el sufrimiento a esos individuos, si esa fuera su decisión.
El pasado julio, la Corte Constitucional de Colombia decidió amplíar la eutanasia también a pacientes no terminales. La decisión extendió el derecho a la muerte asistida a aquellos que padecen «un intenso sufrimiento físico o psíquico, proveniente de lesión corporal o enfermedad grave e incurable», siempre que sea realizada con el consentimiento libre e informado de la persona.
Poco después del fallo, Sepúlveda solicitó la eutanasia y logró la autorización para realizarla. A los medios locales, la mujer compartió que se siente agotada por su enfermedad, la cual no le permite moverse con comodidad y la hace sentir como una carga. Aseguró que su decisión era definitiva y estaba respaldada por su hijo único.
Oposición de la Iglesia
La noticia de la eutanasia de Sepúlveda causó gran revuelo en la sociedad colombiana. En particular, la decisión generó oposición de la Iglesia católica, la cual instó a la ciudadana a desistir de su decisión, al considerar que solamente Dios puede disponer de la vida de los seres vivientes.
«De acuerdo con nuestras profundas convicciones cristianas, la muerte no puede ser la respuesta terapéutica al dolor y al sufrimiento en ningún caso. La muerte propiciada mediante el suicidio o la eutanasia no resulta compatible con nuestra interpretación de la dignidad de la vida humana”, argumentó el monseñor Francisco Ceballos, obispo de a Diócesis de Riohacha y presidente del Departamento de Promoción y Defensa de la Vida de la Conferencia Episcopal de Colombia, citado por El Colombiano.
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Porque el dolor y la minimización de una vida plena no la está sufriendo monseñor Francisco Ceballos.
ResponderBorrarY quien carajo es la sucia y asquerosa iglesia para desidir en nombre de la paciente. Ojalá así protestarán contra los violadores de niños que son de la repito, sucia y asquerosa iglesia. Ojalá así hubiesen protestado y solicitado castigo contra los más de 200 niños indígenas asesinados y violados por sus representantes en Canadá.
ResponderBorrarDios nos dió la vida y solamente el es nuestro dueño y sabe cuándo nos llamara a su lado. Si de verdad soy creyente de Dios debo aceptar con mucha humildad lo que se me presente en el diario vivir. Algo debe estar pagando que Dios puso esa enfermedad y debería vivirla con mucha paciencia. Siempre de la mano de Dios. El tiene un propósito para cada uno de nosotros. Ella sufre ahora pero a lo mejor su sufrimiento va ser de mucha felicidad y progreso para su generación.
ResponderBorrarAsí mismo, son unos diablos vestidos con sotana, desgraciados q teniendo niños huérfanos y desvalidos a su cargo, en vez de protejerlos los violaban, imagínese ese dolor en esas criaturas desvalidos, quien las protejio, nadie y todavía hay gente q les besan la mano a estos hijos del demonio q se meten en todo y no se miran su cu.. , cuando se mueran el diablo le tiene su rinconcito reservado hdp
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