Una pareja y sus dos hijos pequeños murieron este martes 30 de noviembre tras incendiarse la oficina bancaria abandonada que ocupaban junto a varias personas en Barcelona, un “horror” que no “debería suceder jamás”, según señaló la alcaldesa de la ciudad española.
Las víctimas son “dos adultos, un bebé y un niño de tres años”, informó a periodistas Ángel López, del cuerpo de bomberos de Barcelona, con el fuego ya extinguido.
“A las 6 de la mañana hemos recibido un aviso (…) de un testigo que veía un incendio” en una “antigua oficina bancaria ocupada”, ubicada en la plaza de Tetuán de la segunda ciudad de España, detalló sobre el fuego, que no dañó al resto del edificio.
Los rescatistas intentaron reanimar a las cuatro víctimas, pero “desgraciadamente ha sido infructuoso el trabajo, no se ha podido hacer nada por su vida”, lamentó.
Los fallecidos eran una pareja, de 40 y 39 años, que se dedicaba a la recogida de chatarra, y sus dos hijos de tres años y cuatro meses, informó después el Ayuntamiento. Según los medios locales el hombre era pakistaní y la mujer rumana.
“No hay palabras para describir el horror de cuatro personas muertas, entre ellas dos niños muy pequeños, es algo que no debería suceder jamás (…) Es una noticia horrible”, expresó la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, desplazada al lugar.
“Mi mujer ha olido a quemado, nos hemos levantado, hemos visto que dentro de la casa no había nada, pero en cuanto hemos abierto la parte de donde tenemos las lavadoras, venía un humo muy grande y abajo era un local ocupa (invadido) y estaban los ocupas gritando, pidiendo ayuda, porque se ve que estaban encerrados. Ha sido bastante traumático”, narró un vecino, Miquel Guimerà.
“Ha sido una pena muy grande porque eran dos niños pequeñitos que veíamos por aquí”, señaló el residente de un piso justo encima del local que se incendió, quien agregó que las personas habitaban la sede bancaria desde hacía tiempo.
Investigación abierta
Otros cuatro hombres, que se habían refugiado de las llamas en un patio, pudieron ser rescatados, apuntó Ángel López. Fueron atendidos con síntomas de intoxicación y trasladados a hospitales, pero sus vidas no corren peligro, señalaron las autoridades.
La policía de la región de Cataluña, los Mossos d’Esquadra, investiga ahora las causas del incendio.
El lugar de los hechos, en una animada zona residencial de clase media en pleno eje central de Barcelona, se encontraba en la mañana acordonado y con mucha presencia policial y de bomberos, constató una periodista de la AFP.
El nombre de la entidad bancaria en la fachada estaba tachado y las dos puertas, cubiertas de graffitis y ennegrecidas por el humo.
El responsable de Interior en el gobierno catalán, Joan Ignasi Elena, indicó a la prensa que, horas antes del incendio, la policía había acudido al lugar por “un incidente de problemas de convivencia”, pero que “no hay constancia” de que este hecho tenga relación con el incendio.
“Condiciones absolutas de precariedad”
No era la primera vez, según los vecinos, que la policía acudía alertada por las disputas que se producían en el local donde, además de la familia, rotaban otros ocupas.
“Detrás de esta tragedia hay una situación de pobreza, una situación de exclusión social y de infravivienda y donde trabajar como ayuntamiento desde los servicios sociales es complejo”, reconoció la teniente de alcalde de Derechos Sociales de Barcelona, Laura Pérez, en rueda de prensa.
La familia, según contó, recibía apoyo municipal desde agosto 2020, y el hijo mayor estaba escolarizado.
“Lo que debería hacer la administración pública y el juzgado es coger a estas criaturas y llevarlas a protección, porque mira cómo han acabado”, relataba indignado Josep Ignaci Homs, un vecino del barrio de 77 años, que asegura que los gritos eran habituales en el recinto.
La alcaldesa Colau, una conocida activista por el derecho a la vivienda antes de conquistar el Ayuntamiento, ya había señalado en la mañana que el local “no estaba en unas condiciones normales de habitabilidad”, y explicó que se trataba de “una situación compleja de un local ocupado de una antigua entidad bancaria que se fue de Barcelona y se desentendió” del lugar.
Con costoso acceso a la vivienda, 481 personas viven en los 105 locales ocupados de la ciudad, entre ellos 156 menores. Otras 384 residen en asentamientos, según cifras municipales.
El suceso del martes recordó otro ocurrido en Cataluña hace casi un año, en diciembre de 2020, cuando cuatro personas murieron y varias resultaron heridas en un incendio en una nave industrial abandonada en Badalona, donde vivían entre 100 y 200 migrantes en condiciones precarias.
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