Nicolás Antonio Machado Seijas fue uno de los tres hombres asesinados de un tiro en la cabeza por un grupo armado. Vivía en Ureña, Táchira, y se ganaba la vida como «maletero».
Habitantes del barrio Viejo Escobal, donde ocurrió la matanza, explicaron la situación que últimamente los embarga en la línea fronteriza entre Cúcuta y Tachira, específicamente en la trocha La Isla del país neogranadino, donde grupos armados ilegales, en sus disputas por el territorio y el cobro de extorsiones, perpetraron una masacre.
Entre los matorrales y caminos de herradura que hacen parte de la trocha, que comienza en la calle 3 con carrera 3 de ese barrio, las primeras personas al pasar en la madrugada de ayer, quedaron impactadas al ver la dramática escena, tres hombres asesinados, cada uno tenía un tiro en la cabeza.
De inmediato, los primeros testigos, alertaron a las autoridades policías, adscritos al Comando de Atención Inmediata (CAI) del Viejo Escobal, custodiaron por horas la entrada, para evitar que las personas en territorio colombiano, atravesaran el camino.
Los vecinos, con miradas curiosas salieron temprano de sus viviendas, y conversaban sobre la situación de seguridad, así como sus temores a que regresaran en esta zona, nuevamente las muertes y la violencia que se vivió hace 4 años.
“Siempre da miedo, últimamente si se han visto cosas como raras, pero lo que no queremos es volver a tener que caminar con temor en nuestras propias calles”, manifestó uno de ellos.
Cuando el reloj marcaba las 7:30 de la mañana, allegados de Nicolás Antonio Machado Seijas, una de las dos víctimas identificadas, llegaron al lugar, pues habían sido informados del triple homicidio.
Uno de ellos explicó que Nicolás Antonio se encontraba en la trocha, porque todos los días ayudaba a pasar mercancía de un país a otro como ‘maletero’, buscando una forma de llevar el sustento a su hogar.
“Él, por lo general, estaba involucrado con mercancías de chatarra o metales. A veces le salían ‘carreras’ con camiones de frutas o alimentos, pero ya tenía cinco años trabajando así. Dejó a tres hijos, y tenía 55 años, era venezolano y vivía en Ureña. Uno es consciente de los riesgos que conlleva el trabajo, por todo lo que se ve en las trochas, pero cuando se nace con la necesidad, toca arriesgarse para no pasar hambre”, señaló el allegado.
Afirmaron que no conocían a las otras personas baleadas, pero sabían que también trabajaban como ‘maleteros’. El otro hombre identificado es Rodolfo Llanos Holanda, de nacionalidad colombiana.
Según las autoridades, los cuerpos estaban en territorio venezolano. Sin embargo, personal de una funeraria colombiana, fueron quienes retiraron los cuerpos.
La Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brihno) llegó al lugar, que esa jurisdicción era venezolana y por ello se retiró a los pocos minutos.
Por esa razón, una funeraria del área metropolitana fue encargada de entrar hasta la trocha y levantar los cuerpos, escoltado por uniformados de la Policía y soldados del Ejército, que llegaron a las 8:00 de la mañana, para hacer el acompañamiento.
El general Óscar Moreno, comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc), reiteró que los tres cuerpos se encontraban en el lado venezolano y que se está prestando toda la asistencia humanitaria a los familiares de las víctimas.
“Efectivamente unos ciudadanos alertaron a nuestros policías del hallazgo de los tres cuerpos. Las actuaciones judiciales se están coordinando con las autoridades y fiscales para adelantar los procesos correspondientes”, aseguró el comandante de la Mecuc.
Pese a que las autoridades recién han empezado a recopilar datos, para formular una hipótesis de los motivos del hecho violento y judicializar a los responsables, La Opinión conoció, por habitantes del sector, que desde hace aproximadamente un mes, ha comenzado una disputa por los territorios fronterizos.
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