El presidente de Rusia, Vladimir Putin, afirmó este martes que no quiere una guerra en Europa, según dijo durante una rueda de prensa conjunta con el canciller alemán, Olaf Scholz la cual se llevó a cabo en Moscú. "¿Si queremos guerra? Claro que no", comentó el jefe del Kremlin al mencionar la tensión actual en la frontera entre Rusia y Ucrania.
El Kremlin confirmó este martes el inicio de la retirada de sus tropas desplegadas en la frontera con Ucrania, subrayando que es algo "normal" y denunciando de nuevo "la histeria" occidental ante una supuesta invasión del país vecino.
"Siempre dijimos que después de las maniobras (...) las tropas volverán a sus cuarteles de origen. Y eso es lo que está ocurriendo ahora. Es el proceso habitual", dijo a la prensa el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov.
El funcionario indicó que en el futuro Moscú va a organizar "más ejercicios en toda Rusia" y reivindicó el derecho del país a llevar a cabo maniobras en su territorio.
En un momento en que los países occidentales, liderados por Estados Unidos, afirman que Rusia prepara una invasión de Ucrania, Peskov denunció una "campaña absolutamente sin precedentes orientada a provocar tensiones". "Este tipo de histeria no tiene ninguna base", afirmó el portavoz.
Así mismo, un portavoz del ministerio, Igor Konashenkov, señaló que "las unidades de los distritos militares Sur y Oeste, que ya han concluido sus tareas, comenzaron a cargar en medios de transporte" y "empezarán a regresar a sus cuarteles hoy (martes)”.
El anuncio, la primera señal de distensión por parte de Moscú, fue vago y no se sabe a cuántos soldados afecta. Rusia había desplegado más de 100.000 militares en la frontera con Ucrania desde diciembre. Paralelamente, Rusia sigue realizando maniobras militares en Bielorrusia, vecino de Ucrania, que durarán hasta el 20 de febrero.
La retirada de algunas tropas fue recibida con entusiasmo en Ucrania, cuyo ministro de Relaciones Exteriores, Dmytro Kuleba, aseguró que su país, junto a sus aliados occidentales había "logrado impedir una nueva escalada rusa".
El anuncio ruso coincide además con la llegada a Moscú del canciller alemán Olaf Scholz, que intenta hacer avanzar la vía diplomática e intentar alejar el fantasma de una invasión y una guerra en Europa oriental.
Este martes, la ministra alemana de Exteriores, Annalena Baerbock, exhortó a Rusia a que retire sus tropas de la frontera. "La situación es particularmente peligrosa y puede agravarse en cualquier momento", alertó la ministra en un comunicado.
El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, declaró este martes que el repliegue de algunas unidades rusas de la frontera con Ucrania no se debe a la "histeria" de Occidente, ya que estaba programado.
"Lo hacemos independientemente de lo que otros piensan e independientemente del 'terrorismo informativo' que se está produciendo", dijo Lavrov en alusión a las informaciones en medios occidentales sobre una pronta invasión rusa de Ucrania, incluso esta misma semana.
Durante una rueda de prensa conjunta con el presidente de turno de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), el ministro de Exteriores polaco, Zbigniew Rau, Lavrov subrayó que Rusia está en su derecho de comenzar y terminar ejercicios militares en su propio territorio de acuerdo con sus planes.
La respuesta de Ucrania
Por otro lado, el ministro ucraniano de Exteriores, Dmitro Kuleba, indicó que su país creerá en la retirada de algunas unidades militares rusas de sus fronteras cuando lo vea con sus propios ojos.
"Hay diferentes declaraciones desde la Federación Rusa todo el tiempo. Tenemos una regla: no nos lo creemos cuando lo oímos, sino cuando lo vemos", señaló en una rueda de prensa en línea. "Cuando veamos la retirada (de los soldados rusos) entonces creeremos en una desescalada", añadió.
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