Este 20 de mayo se celebra el Día Mundial de
las Abejas para crear conciencia sobre la importancia de los polinizadores, las
amenazas a las que se enfrentan y el beneficio para toda la Tierra.
La fecha fue
promovida en octubre de 2017 por la Asamblea General de Naciones Unidas,
coincidiendo con la fecha del nacimiento de Anton Janša, quien en el siglo
XVIII fue pionero en las técnicas modernas de apicultura en su país natal,
Eslovenia y reconoció a estos insectos por su habilidad para trabajar duramente
y requiriendo a la vez muy poca atención.
Las abejas son
insectos que pueden parecer molestos si se vinculan a nuestro entorno de vida,
algunas personas les temen por sus picadas y tienden a matarlas para evitar ser
agredidos, pero se han preguntado en algún momento ¿qué pasaría con el mundo si
las abejas dejaran de existir?
La Organización
para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas (FAO) indica que
hay 100 especies de cultivos que proporcionan el 90 por ciento de los alimentos
en todo el mundo, y 71 por ciento de ellos se polinizan con las abejas. Solo en
Europa, el 84 por ciento de las 264 especies de cultivo y 4.000 variedades
vegetales existen gracias a la polinización por abejas.
Se ha comprobado
que las abejas cumplen un papel fundamental en el ciclo de la vida, polinizan
innumerables plantas, flores, vegetaciones, sin plantas no hay alimentos para
los animales herbívoros ni para quienes se alimentan de ellos, por ello se estima
que la extinción de estos insectos desencadenaría una crisis alimentaria.
Estudios señalan
que es difícil cuantificar los efectos de la desaparición de las abejas, pero
aseguran que es claro que estos serían muy graves, “se alteraría el número de
especies vegetales, algunas podrían desaparecer, se reduciría drásticamente la
biodiversidad de la flora lo que provocaría la alteración de todo el ecosistema
y las producciones agrícolas tendrían que hacer frente a grandes pérdidas
económicas por la reducción en la producción, algo que sin duda afectaría a
todo el mercado alimentario y transformaría nuestros hábitos de consumo de
manera radical”.
Pese a esto, se
viene reportando en el mundo la desaparición o reducción drástica de esta
especie animal, por ejemplo en Estados Unidos se redujo a un 60 por ciento en
2012 la población de abejas, esto se debió al uso abusivo de pesticidas y
herbicidas por parte de los agricultores en sus plantaciones.
Otras razones por
la que están muriendo estos insectos es por algunos parásitos, como la varroa,
un ácaro que enferma a las abejas y que puede destruir colmenas enteras.
El cambio climático
y la contaminación también afecta a estos animales tan importantes para el
equilibrio del ecosistema, “la contaminación del aire reduce la potencia de los
mensajes químicos que emiten las flores, y a las abejas y a otros insectos les
cuesta más localizarlas”.
En este sentido, se
deduce que la desaparición de las abejas provocaría una auténtica crisis
alimentaria. Cerca de un 84 por ciento de los cultivos comerciales depende de
la polinización que realizan, por ello es sumamente importante cuidarlas y
preservarlas.
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