Los afectados por la diabetes deben ingerir la cantidad de azúcar justa: ni demasiada ni muy poca. ¿Por qué? Porque el cerebro requiere de glucosa para su normal y exitoso funcionamiento.
Es relevante tomar en consideración que todos los alimentos que el ser humano ingiere acaban siendo reconvertidos, en mayor o menor medida, en glucosa, es decir, en energía para el organismo. Sobre todo, el tipo de alimentos de más fácil reconversión que es el grupo de los carbohidratos (fruta y jugo de fruta, cereal, pan, pasta, arroz, leche y productos lácteos, frijoles, legumbres y lentejas, verduras con almidón como: las patatas y el maíz; alimentos dulces, como: galletas, caramelo, torta, mermelada, jalea, miel, patatas fritas y galletas saladas)
Si se cumple una dieta saludable y el organismo funciona bien, no habrá motivos para preocuparse: el aporte de glucosa está asegurado, aunque no se coman pastelitos nunca más.
¿Por qué las personas con diabetes se ponen de mal humor?
No todos los diabéticos suelen estar malhumorados, dependerá estrictamente de sus niveles de azúcares en la sangre en el momento. Es decir, los cambios de esta sustancia (glucosa sanguínea) pueden contribuir a variaciones de humor repentinos y éstas, directamente, pueden afectar las relaciones sociales.
El solo hecho de tener que lidiar diariamente con el nivel de glucosa en la sangre, los chequeos médicos y el control con insulina, son una amenaza para el estado de ánimo y desestabilizan las emociones de las personas con diabetes.
La diabetes causa distrés, ¿sabías?
Una persona con diabetes es posible que experimente desánimo, preocupación, frustración o cansancio por el cuidado diario de la diabetes; una sensación de que la enfermedad controla al paciente y no al contrario.
Muchos son los factores que pudieran influir en estas personas: puede que se haya estado esforzado mucho, pero sin resultados, o bien porque ha desarrollado otras enfermedades relacionadas con la diabetes pese a que ha estado dando lo mejor de sí mismo.
Ese cúmulo de sentimientos angustiosos son conocidos como el distrés por la diabetes. Este condicionante pueden conducir a la persona diabética a descuidarse y adoptar hábitos poco saludables, dejar de hacer seguimiento de los niveles de azúcar en la sangre e, incluso, es posible que desistan de los controles médicos. Después de llevar años con esta enfermedad, la mayoría de las personas empiezan a sentirse fatigadas.
Un estudio realizado por Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades asegura que, en cualquier periodo dado de 18 meses, entre el 33 y el 50 % de las personas con diabetes tienen distrés por la diabetes.
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