“En la sociedad venezolana actual los medios de comunicación generan falsas expectativas
a nivel simbólico que muchas veces conducen a las mujeres a creer que
para estar bien, para estar en armonía consigo misma, para poder ser
valoradas, tienen que intervenir quirúrgicamente su cuerpo”.
Lo anterior fue dicho por Gioconda Mota, coordinadora nacional de la
Red Araña Feminista, al ser consultada en torno al auge en Venezuela de
las cirugías estéticas en centros no aptos para procedimientos
quirúrgicos.
Considera Mota que se ha impuesto todo un mercado que las 24 horas
bombardea una multiplicidad de mensajes directos e indirectos sobre lo
imprescindible que es para la mujer de hoy, para ser aceptada
socialmente, poseer ciertas características físicas.
“Hay mucha desinformación sobre lo que verdaderamente implica para la
salud una cirugía. Por ello el Estado debe controlar la publicidad de
este tipo de procedimientos porque es sistemática y continua,
específicamente con más fuerza en las de intervenciones de orden
quirúrgico. Hay una variedad de ofertas que uno se queda espantado”,
dijo.
En tal sentido, Mota también celebró la decisión asumida por el
Ministerio de Salud de prohibir el uso de los compuestos químicos de
relleno o biopolímeros. “Sin embargo eso debe ir un poco más allá. Se
están regulando cuáles pueden ser denominados centros quirúrgicos. Hay
un mercado paralelo informal muy fuerte que genera mucha inseguridad
entre las mujeres. La regulación del Estado venezolano para este tipo de
servicios es fundamental”.
SER BONITA ES COOL
Estima Mota que en Venezuela a las mujeres desde muy niñas se les
inculca como valor falso positivo el aspecto físico, bajo patrones
hegemónicos capitalistas. “Se convierte en uno de los centros de
atención más importantes de lo que supone la realización de la mujer”.
Añade que también entra en juego el tema de la falta de información
veraz que es sustituida por mensajes tergiversados de quienes ofertan
este tipo de procedimientos. “Te venden la idea de que son
intervenciones muy sencillas, rápidas, de las cuales vas a salir
caminando de la operación. Todo esto influye para que una mujer caiga en
la trampa de las cirugías estéticas”.
A TODO NIVEL
Para Mota el escenario anterior afecta a todas las mujeres por igual,
sin importar el grado de instrucción ni el nivel socioeconómico. “Hemos
sido testigos de casos como el de la magistrada (Ninoska) Queipo, que
fue una mujer con altos niveles de instrucción, así como con acceso a la
información y falleció tras una cirugía plástica”.
A su juicio, “entre muchas personas es mucho más fuerte el mandato
social y cultural que otras cosas que deberían estar prelando al momento
de que una mujer tome la decisión de operarse, como que va a poner en
juego su salud y su propia vida”.
Relleno mortal
Los biopolímeros son compuestos químicos que han sido utilizados para
el relleno y aumento de diferentes partes del cuerpo (en especial de
glúteos y cara).
Han producido grandes daños en la mayoría de las pacientes que se han sometido a estos procedimientos.
Están compuestos de silicona líquida asociada a otros productos como
el Polimetilmetacrilato (PMMA) y para su venta han usado diferentes
denominacones como células expansivas, dimetilpolisiloxano (nombre
científico de la silicona) y otros nombres comerciales para ocultar su
origen. Muchas veces los venden como ácido hialurónico cuando este
último nada tiene que ver con estos productos nefastos.
El 22 de diciembre de 2011 el Ministerio para la Salud emitió un
comunicado en el que se prohíbe el uso de biopolímeros bajo sus
distintas formas, por cuanto representan un riesgo por sus efectos
colaterales graves y potencialmente fatales.
Cuatro mujeres fallecidas en lo que va de 2012
Tenían en común una sola idea: Cambiar su apariencia. Cuatro mujeres
que entraron a quirófano con la ilusión de verse al menos parecidas a
muchas de las artistas que aparecen en los medios de comunicación. Pero
fallecieron.
La primera fue Carolina Sánchez (35) madre de una niña quien el
pasado 13 de junio ingresó a la Clínica San Felipe de Las Mercedes
(Baruta) para someterse a una liposucción de la que nunca despertó.
Luego fue la magistrada del Tribunal Supremo de Justicia Ninoska
Queipo, quien el 19 de septiembre ingresó a la terapia intensiva del
Hospital de Clínicas Caracas tras una cirugía estética realizada en otro
centro de salud. Falleció 38 días después.
Karina Sánchez (31) trabajadora de la Alcaldía de Caracas murió
también en la Clínica San Felipe por una liposucción. Tras el hecho,
dicho centro fue clausurado.
Ambar Bolívar (25) falleció an-tier en una clínica clandestina de
Vargas tras una inyección de biopolímeros. Dejó un hijo de 5 años.
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